Instancias finales del impeachment contra la mandataria suspendida. La sesión del lunes duró 14 horas. Hoy comienza la última sesión que, posiblemente, durará hasta mañana.
Ha entrado en las instancias finales el impeachment contra la presidenta suspendida Dima Rousseff. Ayer Rousseff expuso su defensa durante 45 minutos ante el pleno del Senado conducido por el presidente del Supremo Tribunal Federal que advirtió que no toleraría aplausos, risas, carteles pues la Cámara Alta actúa en esta sesión como tribunal. Sucesivamente, respondió durante 14 horas a las preguntas que le formularon una cincuentena de legisladores.
Rousseff volvió a sostener su inocencia acerca del delito fiscal que se le imputa, irregularidades en el manejo de partidas de gasto que fueron retrasadas obligando a los bancos a cubrir ese egreso con fondos que generaron intereses a cargo del Gobierno. Avalada por autorizados juristas, sostuvo que se trata de maniobras contables de las que no tiene responsabilidad directa y, además, toleradas durante décadas y casi transformadas en praxis.
Y también volvió a referirse a que condenarla pese a su inocencia, sin motivaciones jurídicas como las que reclama la Constitución, es un golpe de Estado del que los legisladores serían cómplices. Rousseff también señaló la paradoja de ser condenada sin delito mientras que los directores de este proceso, como el ex titular de Diputados, Eduardo Cunha, sigue libre pese a los delitos que se le imputan: cuentas millonarias en dólares que no pudo justificar.
La sesión de hoy comenzará con las intervenciones de los senadores que quieran anotarse. Se estima que las declaraciones se prolongarán hasta entrada la madrugada del miércoles, cuando se votará definitivamente por la destitución o la continuidad del mandato presidencial. Hasta el momento, en todas las votaciones realizadas en las fases del impeachment, se ha superado el número de votos requeridos, nunca menores a los dos tercios de los 81 senadores, también cuando se requirió la mayoría simple.
De los 54 votos necesarios, para destituir a Rousseff, estarían asegurados 50, habría 8 indecisos y 20 en apoyo a la presidenta. Es improbable que la mandataría pueda evitar la destitución. También por eso reiteró su propuesta de que en ese caso se respete el voto de la ciudadanía y se convoque a nuevas elecciones, precisamente para no violentar la voluntad popular que no ha puesto en el Gobierno a una oposición que hoy, aunque en forma interina, conduce el Ejecutivo gracias a una inmoral voltereta política.