El equipo de Marcelo Gallardo derrotó 1 a 0 a Lanús en el partido de ida por las semifinales del certamen continental. El Granate buscará la hazaña.
Nada está dicho aún. Más cuando el fútbol suele regalar sorpresas y más si los protagonistas son dos de los mejores equipos del fútbol argentino. Por un lado River, que desde que Gallardo es el entrenador, se relame cada vez que tiene definiciones mano a mano, se llame Copa Libertadores, Sudamericana o Argentina. Cualquiera sea, el conjunto millonario saca a relucir su potencial y se hace fuerte, sea de local como visitante.
Sin embargo, esta vez en frente tiene a un equipo que desde hace años viene creciendo y que la hazaña de conquistar el mayor torneo continental lo desvela y sería coronar este fructífero tiempo de desarrollo a nivel institucional y deportivo.
Quizás por el hecho que el conjunto dirigido por Jorge Almirón ya es un nombre fuerte dentro del fútbol local es que este triunfo ajustado de River, con gol de Ignacio Scocco a 9 minutos del final, es tan valioso como la goleada 8 a 0 frente a Jorge Wilstermann que le permitió llegar a esta instancia.
Que Lanús no haya convertido un gol en calidad de visitante significa un gran alivio y ventaja para los de Núñez, que de marcar en la Fortaleza el próximo martes obligará al Granate anotar por lo menos tres tantos. No obstante, ya se ha comprobado que las especulaciones no cuentan en estos momentos decisivos. Restan 90 minutos y cada uno buscará el mismo objetivo: llegar a una final que es una obsesión y una hazaña, dependiendo del prisma con el que se mire.