Cada vez más, la quinoa (también quínua o quinua) está conquistando un lugar en nuestra dieta, gracias a la facilidad con la que se prepara y también a su versatilidad gastronómica, que permite combinarla con muchos platos. Eso permite incorporar este alimento que tiene muchos aportes en proteínas vegetales, en fibras y en energía. Este pseudo cereal, en realidad una semilla, se sitúa a medio camino entre el arroz y cous cous ha sido el alimento básico de los pueblos andinos que, hace 3 mil años, comenzaron a cultivarlo, posiblemente en las cercanías del lago Titicaca, entre Bolivia y Perú. Por el carácter sagrado y por la imposibilidad que tiene de ser transformado en pan, los colonizadores españoles intentaron erradicarlo y solo en tiempos recientes ha sido posible recuperarlo y ampliar su consumo a la mesa del común de la gente.
Se comercializa sin tratamiento previo, y en ese caso debe ser lavado varias veces ya que la quinoa produce una suerte de jabón que debe ser eliminado porque es amargo y poco agradable. Una serie de lavados hasta obtener agua transparente será suficiente. Pero también se comercializa para su uso instantáneo, ya lavada. Un envase de 250 gramos, más que suficiente para 4 o 5 personas, tiene un costo accesible, a 1,20/1,40 dólares el paquete.
El procedimiento para usarla es similar al del arroz. Pueden sofritarla en una olla con el aliño preferido, por ejemplo: ajo, morrón, durante un par de minutos, para luego agregar el equivalente en cantidad de agua y dejar cocinar a fuego bajo hasta que absorba toda el agua o durante unos 20 minutos.
Para este plato, que llamaremos solo como referencia genérica risotto, pues se diferencia sensiblemente de esa técnica de preparación del arroz, partimos de un sofrito en una olla con un ajo picado, medio zapallito largo (o italiano) y media berenjena que habremos trozado en cubitos en poco aceite. Cuando comienzan a ablandarse las hortalizas, agregar dos o tres hongos champiñones más bien grandes o una cantidad equivalente de pequeños. Se añade una taza de quinoa y se deja que todo tome sabor durante un par de minutos. Según el gusto, se puede añadir algo de curry, una cucharadita de cúrcuma o ambos aliños. Agreguen dos tazas de agua hirviendo, salpimienten y dejen que todo se cocine hasta que el agua haya sido absorbida.
Por tratarse de un risotto, al final añadir una cucharada de mantequilla y queso rallado. Si lo desean, al emplatar pueden añadir perejil o ciboullette. Sugiero acompañar con un buen vino blanco.