Una mirada sobre el mensaje que inauguró el mandato del nuevo presidente.
Releyendo las 27 páginas del discurso que pronunciara el presidente Alberto Fernández el pasado 10 de diciembre es posible advertir que estuvo elaborado y reflexionado por quien de alguna manera quiso plantear las líneas básicas iniciales de su programa de gobierno.
Obviamente parte de una descripción dura y austera de la realidad. No sobreactúa el panorama del país que recibe (los números son elocuentes para dimensionar la gravedad de la situación) y reconoce que los datos citados tienen como fuente la información “oficial”. Esto implicó un reconocimiento a la credibilidad de la institución que los genera.
Establece los principales objetivos a lograr y avanza en algunas medidas concretas. Obviamente no deja dudas de las prioridades a las que se les prestará inmediata atención. El hambre y la situación de los más vulnerables, afectados por las políticas implementadas hasta ahora. “En este presente que afrontamos los únicos privilegiados son quienes han quedado atrapados en el pozo de la pobreza y la marginación”.
Utiliza varias veces el concepto de “casa común”, término que usa el papa Francisco al hablar del medio ambiente, y que aquí adquiere una significación más amplia, casi como sustituto de “Patria”. Una Patria donde todos son invitados a la mesa común y sean “comensales en la misma mesa”.
Hablando del papa Francisco, establece sin cortapisas que su encíclica “Laudato si” será la Carta Magna ética y ecológica que inspirará la política del Gobierno a través del Ministerio del área ambiental. Categórica definición para una política de Estado.
Como todo plan de gobierno inicial abordó todos los tópicos y aspectos que conforman los grandes temas que esto supone. Se destacan algunos.
Los párrafos dedicados al Poder Judicial fueron muy significativos, describiendo crudamente la crisis en que se encuentra y los factores que concurren para ello. La lista de los “Nunca más” en este tema definió las principales causas de ese descrédito. Su inclusión entre los “muros” que se deberán superar para recuperar la Argentina parece un acierto.
Y en esto de los “grandes muros” que se deberán superar, enuncia tres, a los que luego añade un cuarto, que es precisamente el de la Justicia. Cuando se refiere a los “muros emocionales” en realidad dice con otras palabras lo que antes había nombrado como el “muro del rencor y el odio entre argentinos”. Algunos registros mediáticos de expresiones vinculadas a estos sentimientos comprueban la lamentable y preocupante realidad de su existencia.
Sin duda, llámese como se llame, “Muro” o “grieta”, será un desafío poder avanzar en su superación. Al respecto es clarificadora la afirmación de que “el sueño de una Argentina unida no necesita unanimidad. Ni mucho menos uniformidad”. Reconoce que toda verdad es relativa y admite con realismo que para la superación de esta realidad deberá enfrentar “intereses y pujas distributivas.”
Es decir que el conflicto es inevitable y será duro. En todo caso expresa la voluntad de afrontarlo y superarlo con racionalidad y sin afectar la convivencia posible y necesaria.
Para esta tarea propone un instrumento: el “Consejo Económico y Social para el Desarrollo”, al que se le dará carácter parlamentario. Aunque lo califica como ámbito “plural”, no aclara quiénes lo conformarán concretamente y cómo se elegirán a quienes lo constituyan.
Interesante el neologismo que utiliza al hablar de: “ciudadanizar la democracia” cuyo significado se encarga de aclarar, no demasiado, en diferentes frases. Pareciera que se refiere a que una democracia que no llegue al ciudadano concreto, garantizándole sus derechos básicos, es una democracia enclenque, débil y que termina por ser más una quimera discursiva que una realidad valorada porque es vivida.
Quizás, de alguna manera, una de las frases finales, donde recuerda al Dr. Raúl Alfonsín, citado al principio y al final de su discurso, traduce la intencionalidad del término: ”Espero que entre todos los argentinos podamos demostrar que con la democracia se cura, se educa y se come”.
En la primera mención del término se refería a la imposibilidad de que exista una verdadera democracia, sin una justicia independiente.
Y volverá a repetir el término al afirmar que “ciudadanizar la democracia es respetar la libertad de expresión y todas las opiniones emitidas a través de los medios masivos de comunicación.” Pero inmediatamente en forma propositiva expresa la necesidad de “medios vibrantes, comprometidos con la información de calidad”. Interesante aunque no muy claro uso del término “vibrantes”, denunciando “los tiempos de operaciones de intoxicación con noticias falsas.”
Obviamente aparecen referencias muy claras a la educación y su financiamiento y la necesidad de mejorar la calidad educativa. Menciona la intención de establecer las bases de un Gran Pacto Educativo (¿inconsciente reminiscencia quizás del Congreso Pedagógico Nacional del período alfonsinista?).
Se hizo explícita y enfática referencia al esfuerzo que se hará en poner en primer plano los derechos de las mujeres. Acá se advierte la intención de dar un sentido integral y abarcativo a este tema, sin especificar aspectos concretos, como el tema del aborto legal. Sobre el particular, en otros espacios y momentos, mereció definiciones claras categóricas al respecto, en términos favorables al mismo, pero en esta ocasión se prefirió un planteo más general.
Obviamente, a lo largo del discurso se hicieron mención de otros aspectos y temas. Hubo referencias a las posturas de política internacional, donde se reafirmaron “los principios de paz, de defensa de la democracia, la plena vigencia de los derechos humanos y la defensa de la libertad y autonomía de los pueblos a decidir sus propios destinos.” Por supuesto hubo una clara mención a la defensa del reclamo por la soberanía sobre las islas Malvinas y los territorios conexos, reivindicando los caminos de la paz y la diplomacia para avanzar en este tema.
Se mencionó al inicio la idea de avanzar en un Nuevo Contrato de Ciudadanía Social. Al respecto deberá seguramente aclararse cuál será la metodología para determinar sus contenidos, quiénes serán sus integrantes y los mecanismos que aseguren la representatividad de quienes lo conformen así como su vinculación con el Consejo Económico social al que ya se hizo referencia. También se señaló la necesidad de establecer acuerdos básicos de solidaridad para la Emergencia. No queda claro el ámbito que se abocará a esta tarea.
Obviamente el tema de la deuda estuvo presente sin demasiadas definiciones, seguramente en atención a las negociaciones en curso sobre el tema, pero sí se aseguró la voluntad de mantener una relación constructiva y cooperativa con el FMI y el resto de los acreedores, pero dejando claro que sin crecimiento no se podrán afrontar las obligaciones pendientes.
Finalmente se puede afirmar que fue un discurso con distintos niveles de definición, en algunos casos de objetivos y principios generales y en otros con iniciativas concretas para crear herramientas destinadas a lograr esos objetivos. Aunque en algunos casos faltan definiciones más concretas que seguramente se darán en los primeros días de la gestión que se inicia, predomina un espíritu de valorizar la participación ciudadana y la construcción de consensos. Mantuvo un tono sereno, con momentos de mayor énfasis.
Aunque es una obviedad decirlo, los hechos concretos harán más o menos creíbles las buenas intenciones y propuestas expresadas.
O sea, fue un discurso político. Gracias a Dios, y a políticos que entienden de estrategias y cómo hacer política entre lo discursivo y lo concreto. No tengo temor de afirmar que conseguimos un gobierno de políticos de raza, comprometidos con la Patria y el Pueblo. Uno sin el otro no existen.
Propongo defender a esta gente, festejando los logros y con críticas fundadas y constructivas. No es para descuidar un grupo de gente que usa la política para construir “unidad en la diversidad”, tal cual nuestra idea de una política nueva.
Saludos a la redacción
Completo: constructivas de los errores que cometan
Hola José María, haciendo referencia a la foto de esta noticia, y a la frace “nunca mas… la política se meterá en el campo de la Justicia…” ¿Piensa que si la Justicia determina que Cristina y Macri cometieron delitos (como lo dijo también Masa de Cristina, presente en la foto) le dará lugar a esa promesa? ¿no le causa una sensación extraña la relación Foto-Justicia? Me llama la atención que en su análisis no haga mención de este aspecto. Y además ya que nombra la Laudato Si, como piensa que va a hacer para armonizar la ecología integral planteada por Francisco con el aborto Legal?
Al margen de estos comentarios el discurso del presidente me pareció un aire fresco; espero que no sea solo el efecto del derretimiento de algún glaciar.
Excelente tu apreciacion Pablo!!
El analisis literario del discurso, amigo Pepe Leonfanti, parecio restar importancia a los conceptos de fondo.
Saludos