El escándalo de las grabaciones sobre intentos de compras de votos para evitar la destitución obligó al mandatario a la renuncia.
Al final no fue necesario esperar el jueves para verificar si el presidente Pedro Pablo Kuczynski seguiría en su mandato. Luego de la difusión de audios y videos en los que emisarios del presidente intentan comprar votos, el propio mandatario se vio obligado a renunciar.
Se lo solicitó en pleno el Consejo de Ministros de su Gabinete, advirtiendo que en caso contrario todos renunciarían. Y también ex ministros, destacadas figuras políticas del país. Varios legisladores que hasta ese momento habían defendido al presidente, anunciaron que durante el debate previsto para hoy sobre la destitución de Kuczynski votarían esta vez a favor. Para interrumpir el mandato presidencial eran necesarios 87 votos, y hasta ese momento ya había 103 dispuestos a votar por la destitución sobre 130. Ya no cabía desmentir la versión de los videos, ni presentar ninguna explicación y evitar que el bochorno general se transformara en desastre con una crisis institucional de proporciones mayores a la actual.
El vicepresidente primero, Martín Vizcarra completará el mandato del renunciante.
Desde ayer circulaban videos y audios en los cuales funcionarios públicos ofrecían obras en los distritos electorales de algunos legisladores a cambio de votar en contra de la moción para destituir al presidente. Entre los operadores, Kenji Fujimori, hijo del ex presidente Alberto Fujimori, quien ha apoyado a Kuczynski a cambio del beneficio de la prisión domiciliaria para su padre, condenado a 25 años por delitos de corrupción y de lesa humanidad. Kenji es hermano de Keiko Fujimori, líder del partido derechista Fuerza Popular que detenta la mayoría de los votos en el Congreso y que se oponía al beneficio concedido sorpresivamente antes de Navidad, luego de que el presidente sorteara la moción de censura gracias a su apoyo.
Luego de ese episodio, surgido a partir de las denuncias que acusan a Kuczynski de vínculos con una empresa que recibió sumas millonarias de la constructora brasileña Odebrecht, involucrada en escándalos por corrupción en una docena de países de América latina, han aparecido más evidencias que han llevado a la presentación de una nueva moción de juicio político.
Los métodos de Kuczynski, la decisión de sus propios aliados de abandonarlo a su suerte, echan una sombra sobre los desmentidos respecto de no tener conocimiento de los pagos de la empresa brasileña. Así como no han resistidos sino algunas horas sus desmentidos acerca de que se estaba intentando comprar el voto en el Congreso.
Desde que en los 90 asumiera la presidencia Alberto Fujimori, la justicia ha denunciado, investigado o condenado a todos los mandatarios hasta la fecha. Ayer el Gobierno autorizó solicitar la extradición del ex presidente Alejandro Toledo, prófugo de la justicia y acusado de haber recibido decenas de millones de dólares en coimas. El ex presidente Alán García está siendo investigado en el marco de la causa Odebrecht, y por la misma investigación ha sido encarcelado el ex presidente Ollanta Humala y su esposa. Kuczynski se une a esta lista de investigados y da su aporte para sumir el país en una profunda crisis política e institucional. El mismo Papa Francisco, durante su visita al país en enero, señaló el problema de la corrupción que llega a los niveles más altos de la función pública.