Renovar nuestro compromiso de amor y fidelidad

Renovar nuestro compromiso de amor y fidelidad

La misa organizada por la Pastoral Matrimonial que invitaba a esposos y parejas a renovar su compromiso de amor y fidelidad se realizó el pasado 18 de noviembre en la Catedral de La Plata. Asistieron alrededor de 300 parejas.

Antes de comenzar la misa el arzobispo Gabriel Mestre se acercó a un grupo de matrimonios de Shoenstatt, incluidos Nancy y Guillermo Mariano, que forman parte también del Equipo de Pastoral Matrimonial, y compartían la alegría de la presencia de tantos matrimonios, más allá del lindo día y de la hora (las 17). Ante la apreciación de que ya habían más de dos parejas, Mestre añadió alegremente en la charla con el grupo: “Cuando hay dos o más reunidos… allí está Jesús”.

A la hora de comienzo de la santa misa presidida por el arzobispo y el obispo auxiliar Jorge González, ya había llegado a la catedral una numerosa cantidad de feligreses, y se estima que participaron alrededor de 300 matrimonios y parejas.

Equipo de la pastoral matrimonial, con Mons. Gabriel Mestre.

Los matrimonios que acompañan la pastoral matrimonial y de parejas de la arquidiócesis

El arzobispo Gabriel Mestre se encontró una semana antes con cuatro matrimonios convocados en su momento por Mons. Víctor Fernández para acompañar la Pastoral Matrimonial y de parejas de la arquidiócesis.

Durante el encuentro, que tuvo lugar en el arzobispado, los matrimonios compartieron en un clima fraterno la oración por las parejas y matrimonios.

Los matrimonios que se reunieron con el arzobispo representan a diferentes ámbitos pastorales de la arquidiócesis: movimiento de Schoenstatt, movimiento de los Focolares, de la Acción Católica y de Encuentro Matrimonial.

Valorar – poco – invertir

A la hora de la homilía el arzobispo señaló que la misma iba a estar relacionada a tres palabras: valorar, poco e invertir. Con un lenguaje sencillo, práctico y directo fue desarrollando cada una de las palabras enunciadas.

¿Qué debemos valorar? Valorar los talentos que tenemos, descubrirlos y ponderarlos. En el matrimonio se deben descubrir los talentos de cada uno y complementarse mutuamente. También se deben mirar los talentos de los hijos, nietos, amigos…

La segunda palabra: poco. Aprender a ser fieles en lo poco, en los detalles del amor, en las pequeñas cosas de cada día. Disfrutar las pequeñas cosas.

Por último, debemos invertir. Aprender a invertir en nuestra vida cotidiana, en nuestra economía. Esto es importante, pero debemos saber invertir nuestros talentos en los valores evangélicos de la vida en pareja o matrimonio. ¿Estoy invirtiendo en lo que vale la pena, en la oración, en el diálogo? A veces el diálogo se convierte en un monologo compartido… ¿Nos preguntamos si estamos invirtiendo bien o mal?

Tras un momento de reflexión individual, el arzobispo pidió a los matrimonios y parejas que se pusieran frente a frente, se miraran a los ojos e hicieran la renovación de las promesas matrimoniales. Primero fue el hombre y después la mujer, invitando luego a que se dieran un beso y recibir la bendición matrimonial. Fue un momento muy emotivo que se vio reflejado en la cara de felicidad de todos los presentes.

Al finalizar la misa Mestre agradeció muy especialmente al equipo de la pastoral de matrimonios y a su asesor, monseñor Jorge González, miembro de la Federación de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt. Los hizo pasar al frente para recibir el aplauso de todos los presentes por la tarea realizada y recibir la bendición.

Fuente: Schoenstatt.org (reseña del artículo escrito por Lilita y Carlos Ricciardi)

  1. Antonio Palladino 8 diciembre, 2023, 10:59

    Antes de formar el universo, ya tenía Dios un proyecto sobre la creación del hombre (mujer y varón) a su imagen y semejanza. Nos creó para compartir su felicidad, su santidad, su infinita bondad. Nos creó libres.
    Pero desde el principio le fallamos porque usamos mal esa libertad. Nos hicimos pecadores arruinando su proyecto que consistía en amarnos los unos a los otros para ser santos y felices como Él.
    Pero como su amor es inmenso, nos mandó a Jesús para redimirnos y darnos otra oportunidad de integrarnos a su proyecto inicial.
    Eligió a María como madre de Jesús, la que:
    a) escuchó la palabra de Dios que le fue transmitida por el Ángel Gabriel
    b) respondió con un sí para que se haga su voluntad, e
    c) inmediatamente se puso en camino para ir a servir a su prima Isabel embarazada.
    Conclusión: La virgen María es nuestro modelo: a) escuchemos la palabra de Dios; b) Aceptemos su voluntad que es vivir esa palabra; y c) Pongámonos al servicio del prójimo que es el camino para volver al proyecto inicial de Dios sobre la humanidad.
    (Reflexión que me quedó del sermón que dio el Padre Mario de la parroquia Nuestra Sra. del Carmen de Villa Bosch, el 8/12/23)

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