¿Qué hacen los católicos con los medios?

¿Qué hacen los católicos con los medios?

Una inquietud que se transformó en tesis doctoral y que permite descubrir el vínculo entre la fe y los medios de comunicación masiva.

La pregunta que encabeza este artículo nació hace algunos años cuando los caminos laborales me llevaron a trabajar con Susana Nuin, secretaria del Departamento de Comunicación y Prensa del Celam en 2011. La propuesta fue realizar un mapa de la comunicación católica de América Latina y Caribe. Un desafío atrapante que me permitió conocer cientos de experiencias maravillosas en todo el continente. Luego de tres años de trabajo llegamos a sistematizar 1500 medios.

Esta aventura se transformó en mi tesis doctoral en sociología, en la cual me focalicé en los medios nacidos antes de 1965 y vigentes en 2015. No existen bases de datos de estos tipos de medios. La experiencia del Celam culminó con el cambio de autoridades del período y con la baja del portal Inter mirifica del Vaticano, que contenía mucha información. Por esto fue importante armar esta base. Con la ayuda de investigaciones documentales y diálogos con decenas de amigos del “palo” pude llegar a los 77 medios estudiados.

¿Qué encontré?

Algo que pocos evidencian: una gran diversidad. Se suele hablar de “la Iglesia Católica” como un todo monolítico, sin embargo, es posible afirmar que en esta institución encontramos gran pluralidad de expresiones. Reneé de la Torre, especialista en Antropología de la religión, afirma que la Iglesia Católica es una institución transversalizada, argumentando que en esta “casa” habitan muchos modos de vivir y expresar la propia fe. Al mismo tiempo subraya que todos los grupos se sienten referenciados a la única institución.

Para algunos puede ser obvia esta afirmación, sin embargo, esta plasticidad es una conquista de veinte siglos. Si bien comparto lo que algunos dicen respecto de que aún falta recorrer caminos para ampliar los espacios de participación para múltiples sectores de la Iglesia Católica, es importante valorar también lo que se ha logrado.

¿De dónde nace esta diversidad?

Algún teólogo quizá podrá responder que “del Espíritu Santo”, algo cierto para las personas de fe. Desde miradas comunicacionales-socio-antropológicas podemos sumar que estas diversidades nacen del modo en que cada grupo de la Iglesia Católica ha leído el Evangelio, el modo en que se ha apropiado de estos discursos y los dispositivos que ha construido para perpetuar sus tradiciones. Dentro de la teología católica se habla de espiritualidades con el objetivo de definir las diferentes opciones de recorridos para vivenciar la propuesta ofrecida por el catolicismo. El padre Fabio Ciardi, omi, hace algunos años publicó en Ciudad Nueva un libro con un título muy atractivo: Cristo a través de los siglos. Esta obra expresaba una intuición presente en los escritos fundacionales de Chiara Lubich en el llamado “Paraíso del ‘49”, dónde explicitaba que –según su comprensión– cada institución que nace en la Iglesia está animada por alguna palabra del Evangelio y de allí, la diversidad que se fue constituyendo en la historia secular. Estas palabras-instituciones serían respuestas de Dios a los desafíos que cada momento histórico ofrecía, también de las actualizaciones que las diversas comunidades realizaban.

Esta conceptualización nos permite comprender la diversidad de medios católicos que conocemos. Algunos son más devocionales, donde el eje es lo cultual y la vida de las parroquias y, al mismo tiempo,existen otros medios de comunicación sobre los que se dice “no parecen católicos”. Esto último, que para mí es casi un dato de color, se me volvió un poco más oscuro en un encuentro de comunicadores en Brasil hace algunos años cuando un obispo me preguntó qué hacer con ese tipo de medios. Esta pregunta surge porque, sin darnos cuenta, muchas veces creemos que nuestra experiencia religiosa dentro de la misma institución es unívoca o no logramos darnos cuenta hasta dónde llega la real unidad y diversidad de nuestra convivencia intra-institucional. En algunos casos la preocupación por la “ortodoxia” ha complicado la vida a algunas experiencias.

En otros casos, donde ha primado lo que llamamos la “espiritualidad de comunión” se han potenciado las diferentes propuestas. Un ejemplo es la Radio San Gabriel de Bolivia, fundada en 1955 por los hermanos de Maryknoll, una congregación norteamericana, que tenía las características típicas de las radios rurales de la época. Luego de veinte años, teniendo que dejar la obra, la consignan al arzobispo de La Paz quien, en la búsqueda de alguien que pudiera hacerse cargo de esta experiencia, logra que los hermanos de Lasalle de Barcelona pudieran venir. Con ellos llega el hermano José Canut como director. Esta nueva gestión potencia el trabajo anterior, especialmente en la dimensión intercultural y de compromiso con el rescate de la cultura aymara. Esta radio es también una de las fundadoras de ERBOL, una red de radios, primeramente católicas, que desde 1967 acompañan las luchas de los mineros y campesinos de los sectores más empobrecidos del país vecino. Hoy junto a la radio nació una escuela, un periódico y un canal de televisión. Esta estructura multimedial expresa y sostiene un proyecto de evangelización integral.Este tipo de experiencias se repite por toda América Latina.

Impulso comunicacional

Muchos podrían preguntarse por qué la Iglesia católica se interesa tanto por los medios de comunicación. Quienes siguen las teorías conspirativas podrían decir que lo hace para tener más poder, sin embargo es posible afirmar que este interés nace desde la experiencia de las primeras comunidades fundacionales. La Biblia está llena de relatos donde Dios envía a los profetas a anunciar diversas historias. Incluso la palabra Evangelio, donde se narra la vida de Jesús, significa “Alegre anuncio”. Este desafío continuó en la historia y los medios de comunicación masivos, luego de ser considerados con ciertas sospechas, desde principios del siglo XX y con especial énfasis luego del Concilio Vaticano II fueron nombrados como dones de Dios1. Esta afirmación produjo una revolución en muchos espacios. Este marco conceptual habilitó el nacimiento de cientos de experiencias que impulsaron el desarrollo de las comunicaciones en toda América latina.

Existen algunas experiencias poco conocidas, del mundo audiovisual, que tienen continuidad con lo que ha ocurrido con la prensa escrita, pero se nutren de variables que responden a procesos históricos más extensos.

La primera radio educativa de América latina fue Radio Sutatenza, en Colombia. Esta radio fue impulsada por un joven sacerdote que, siendo radioaficionado, llegó a esa región y al constatar la falta de acceso a la educación de las personas y su aislamiento pensó utilizar esta tecnología para mejorar su calidad de vida. Las radios comunitarias y educativas, que generaron un movimiento de democratización del conocimiento y la comunicación, nacidas en la década del sesenta y que aún hoy perviven con gran fuerza en la región en redes como ALER2 y FARCO en nuestro país, nacieron con esta impronta. En el caminar fueron perdiendo la identidad católica –en el caso de Aler– para nombrarse como de inspiración cristiana porque descubrieron que las luchas por alcanzar una mejora de los derechos humanos de los destinatarios eran comunes con grupos de otras iglesias y convicciones no religiosas.

Este mes tenemos un nuevo aniversario de la televisión. Es interesante destacar que muchas de las experiencias que originaron el nacimiento de los primeros canales de televisión fueron impulsadas por grupos de la Iglesia Católica. Por ejemplo, el rol de los jesuitas en el nacimiento de canal 11, hoy Telefé, que en los inicios se prospectaba como “el canal de los curas”. El padre Héctor Grandinetti, sj, fue el gran impulsor de la puesta en marcha de esta propuesta en los años sesenta. Luego, por cuestiones comerciales fue puesto de lado, también porque se buscó una impronta más universal que este religioso –según algunos sectores– no garantizaba. Por este motivo, las últimas negociaciones en Estados Unidos las llevó adelante el asesor legal de los jesuitas, Pedro Simoncini, que finalmente fue el primer gerente general del canal.

Este tipo de historias se repite por toda América Latina y hoy los canales católicos trabajan articulando redes. Una de las más conocidas para Hispanoamérica es SIPCATV (https://sipca.tv/). Si bien es una red internacional, está impulsada por una organización de Argentina: Buena Nueva Comunicación. Brasil, por su lado, posee decenas de canales que se referencian a espacios institucionales católicos, donde se puede verificar la diversidad que enunciamos en las primeras líneas de este artículo, y lo mismo podemos decir del mundo de la gráfica. Algo interesante para subrayar en este aspecto es que encontramos experiencias que nacen de carismas como las y los paulinos, que en Brasil han logrado llegar a las masas con el mensaje cristiano a través de la industria discográfica. Al mismo tiempo han nacido nuevos movimientos eclesiales como Canzone nova que, a través de la música y todos los lenguajes que el mundo digital ofrece, llegan a millones de personas.

Todos los Papas, desde hace cincuenta y cinco años, preparan mensajes para los comunicadores en las Jornadas Mundiales de las Comunicaciones Sociales. En la última, Francisco decía: “La invitación a ‘ir y ver’ que acompaña los primeros y emocionantes encuentros de Jesús con los discípulos, es también el método de toda comunicación humana auténtica. (…) es necesario salir de la cómoda presunción del ‘como es ya sabido’ y ponerse en marcha, ir a ver, estar con las personas, escucharlas, recoger las sugestiones de la realidad, que siempre nos sorprenderá en cualquier aspecto”3. Esta llamada a partir de la realidad, generadora de una experiencia que pueda ser con posterioridad un “alegre anuncio”, continúa siendo el motor que alienta cada espacio de comunicación que se referencia a esta experiencia de fe.

Artículo publicado en la edición Nº 635 de la revista Ciudad Nueva.

1.  Documento Conciliar: Inter mirifica.

2. https://www.aler.org/node/1

3. Mensaje del Santo Padre Francisco para la 55 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

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  1. Pablo Gabriel Troncoso 24 octubre, 2021, 11:14

    Interesante el artículo, y dispara un montón de temas, que desearía se trataran más a menudo.
    Hice radio varios años, ya que el pueblo donde viví como médico, teníamos un programa de radio, en la radio provincial del pueblo. Y luego, durante dos años, con un compañero docente de la facultad, hicimos una hora semanal en la radio cooperativa y universitaria de la ciudad de Neuquén. El programa se llamó Cuidate-Cuidame, y obviamente, tenía un montón de temas a charlar sobre salud, prevención, participación comunitaria, atención de la enfermedad, etc.
    En esos contextos me pregunté, si no era ese el lugar del cristiano. Porque no aparecés como Cristiano, porque estás metido en las estructuras de una comunidad, porque no alardeás ningún tema, pero las soluciones propuestas son siempre considerando al Hombre, a la Creación, y al Cuidado de lo que nos rodea. Porque en una radio cooperativa, se pueden charlar temas con gente de otras convicciones en un marco horizontal, porque no se habla de Espiritualidad, pero en todo momento las valoraciones que se discuten son expresiones genuinas de la misma. Porque consideramos al Católico, Judío, ateo, etc, como iguales a nosotros, y con quienes tenemos que construir nuestra comunidad, valorizando cada aporte, y en una posición de relación horizontal. Y, muchas veces, aprendiendo cosas muy valiosas de ellos, que si nos mantenemos en la teología, o dogmas, o escritos eclesiales, nuestra visión es muy sesgada.
    Y, fundamentalmente, porque nos mezclamos con los sufrimientos más profundos de nuestros pueblos, y, con ellos, buscamos una solución entre todos a los mismos.
    Creo que es la mejor forma de mostrar que el Evangelio es un libro de vida, y no de conceptos.
    Y porque esas soluciones siempre, fueron expresión de diálogo abierto, entonces fueron certeras, aceptadas por todos, decididas en un marco de igualdad, acordes a las necesidades y recursos de la comunidad, entonces, profundamente Evangélicas.
    Dejo la inquietud para quien quiera estudiarlo, a todxs lxs cristianxs que en el anonimato social, se mezclan en la comunidad por Amor a su comunidad, y hacen su propia Historia, junto a otros que quizá ni siquiera compartan la religión, pero con un Amor a 180 grados que da frutos impensados, sin que nadie lo vea como religioso, pero sí, sin duda, es una expresión cabal del cualquier Religión.

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