La candidata es médica y ha sido dos veces presidenta de Chile. Durante la dictadura, su padre murió siendo encarcelado por la represión.
La ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, aceptó la oferta de ser Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Este viernes la Asamblea de la ONU deberá ratificar el nombramiento impulsado por el Secretario General, Antonio Guterres. La ex mandataria, fue directora de ONU Mujeres entre 2010 y 2013, con sede en Nueva York, en esta ocasión deberá radicarse en las próximas semanas en Ginebra, Suiza.
Bachelet ha sido la primera mujer en acceder a la presidencia de su país, en 2006. Función a la que volvió en 2014, tras su reelección para un nuevo mandato presidencial. Bachelet se convirtió en la primera mujer en llegar a La Moneda. Después de un Gobierno de cuatro años y de liderar ONU Mujeres, fue reelegida en 2014. La familia Bachelet fue en su momento víctima de la represión. Su padre, Alberto, un general de las fuerzas aéreas, falleció cuando estuvo detenido con motivo de haber participado del gobierno del derrocado presidente Salvador Allende. Tanto ella, como su madre, Ángela Jeria, sufrieron apremios ilegales siendo detenidas por los represores, antes de poder elegir el exilio.
Su antecesor en el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein –un duro crítico del presidente estadounidense Donald Trump, Rusia y China–, decidió que no postularía para un segundo mandato después de perder el apoyo de países poderosos. Tras cuatro años en el cargo, afirma que “en el actual contexto geopolítico”, permanecer en su puesto “implicaría arrodillarse en súplica”. “El silencio no te genera ningún respeto”, señaló Zeid a la prensa la semana pasada, cuando sugirió a su sucesor “ser justo y no discriminar contra ningún país”. Desde las organizaciones de la sociedad civil, se ve con agrado que una mujer y además una víctima de una dictadura llegue a este alto cargo en un momento en que no es fácil la situación por los derechos humanos, amenazados como son por situaciones de crisis e incluso por la acción de los propios gobiernos, si se piensa a la dura decisión del gobierno de Italia de cerrar los puertos a los migrantes que naufragan cerca de sus costas o la medida del presidente Trump de separar de sus padres a los hijos de migrantes cuando ingresan al territorio nacional ilegalmente.
Bachelet es médica y su primer cargo público fue el de ministra de Salud y sucesivamente de Defensa, donde se disparó su popularidad. Terminó su primer mandato, en 2010, con un elevado nivel de popularidad, superior al 80%. Ha sido menos exitosa su segunda gestión, pese a haber introducido importantes reformas de sustancia en el país, a nivel tributario y, por sobre todo, impulsando la gratuidad del sistema educativo primario y medio y avanzando hacia la gratuidad universitaria. Sin estar involucradas en los hechos, algunos escándalos por tráfico de influencias y facturas falsas han llegado hasta personas a ellas muy cercanas, entre ellas su propio hijo. Pese a la menguada popularidad, sigue siendo una figura muy querida, que ha generado una profunda empatía con gran parte de los chilenos. En su tierra, el nombramiento ha sido motivo de felicitaciones y de orgullo.