Podría terminar en un mes la guerra en Yemen

Podría terminar en un mes la guerra en Yemen

Lo ha declarado el ministro de Defensa de los Estados Unidos, sucesivamente confirmado por el jefe de la cancillería norteamericana.

¿El Pentágono se ha dado cuenta de que Arabia Saudita perdió también la guerra en Yemen, además que en Siria? Parecería una conclusión posible luego de la intervención ante el United States Institute of Peace del general James Mattis, secretario de Defensa de Estados Unidos, quien anunció este martes la intención de poner fin a la guerra en Yemen en 30 días.

Washington espera apoyarse en el británico Martin Griffiths, representante especial del secretario general de la ONU y ex director del European Institute of Peace, organización hermana de su homónima estadounidense. Staffan de Mistura, actual enviado especial para Siria del secretario general de la ONU, también fue presidente del European Institute of Peace. Martin Griffiths estuvo la semana pasada en Washington, donde concedió una larga entrevista a la televisión saudita Al-Arabiya, y su misión parece consistir en ayudar a Arabia Saudita a salir del atolladero yemenita.

Al igual que Afganistán, Yemen es un país que siempre ha resistido a todo tipo de invasores y nunca ha podido ser ocupado. Por otro lado, la administración norteamericana, pese a la ayuda brindada a la casa real saudita, está convencida de la incapacidad de llevar a cabo los operativos militares. Solo las presiones sobre la prensa por parte de los gobiernos occidentales, ha permitido que las masacres de civiles fueran silenciadas, al revés de lo que ocurre por ejemplo en Siria, con la diferencia de que el presidente sirio “debe” ser considerado un villano, y la casa saudita “debe” ser tolerada pese a las patentes violaciones a los derechos humanos que se comenten en el país.

Un dato que confirma la intención estadounidense de poner fin al conflicto ha sido el hecho que el secretario de Estado, Mike Pompeo, retomó de inmediato las declaraciones del secretario de Defensa Jim Matis.

Arabia Saudita inició la guerra contra Yemen por decisión del príncipe Mohamed ben Salman, heredero del trono saudita y ministro de Defensa del reino, cuyo objetivo era tener el gobierno yemenita bajo control saudita para así explotar las reservas de petróleo existentes a ambos lados de la frontera entre los dos países. La monarquía saudita inició esa guerra con ayuda de Israel, que dispone de un estado mayor conjunto con los sauditas en la vecina Somalilandia, según fuentes como Voltaire.net.

Sin embargo, los excesos y las ineficiencias sauditas, tanto en Siria como en Yemen han sido notorias. A éstas se añaden las complicaciones políticas con un régimen antidemocrático y radicalizado. El reciente asesinado del periodista saudita Jamal Khashoggi, un crítico del régimen de su país, en un consulado de Arabia Saudita en Turquía ha rebasado el vaso, pues el país quedó malparado ante la opinión pública mundial. El apoyo de Washington a la casa real llega hasta el monarca, pero ya no abarca al príncipe heredero.

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