Una producción de Dami Adanto.
Cuando inició la cuarentena, tomé mayor conciencia de lo que estaba pasando en todo el mundo. Estaba en peligro la vida, nada menos que la vida.
Iban pasando los días y la verdad uno se ponía más triste.
Cuántas cosas pasaron por todo mi ser.
En esos días dando, vueltas por el patio de mi casa, fui a ver las flores de un cantero.
No había muchas, pero las flores que allí estaban detuvieron mi andar… y de repente, mirándolas detenidamente, sentí que me hablaban y me decían algo así:
“La vida siempre renace, la vida siempre florece, la vida no muere…”
Sentí una alegría enorme.
Subí corriendo las escaleras hacia mi taller y sentí desde lo más profundo que este es un tiempo para pintar flores, desde Alma…
Y es lo que estoy tratando de hacer en este tiempo…