Este domingo se realizó el cambio de mando entre la saliente presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el nuevo mandatario.
Este domingo, Valparaíso, sede del Poder Legislativo, y Santiago, sede del Ejecutivo, fueron el escenario del cambio de mando que la Constitución de Chile fija para el 11 de marzo.
En la ciudad portuaria, juraron y asumieron sus funciones los legisladores, el presidente y los ministros del nuevo gobierno. Fiel al estilo cuidadoso de sus instituciones, las ceremonias se desarrollaron según el protocolo y sin problemas. En el correr del día, las autoridades se trasladaron a la capital, donde desde el palacio de La Moneda Sebastián Piñera anunció las líneas esenciales de su Gobierno.
Ayer lunes, aparecieron las primeras medidas importantes. Entre ellas, el presidente aceptó la renuncia del general al mando de la fuerza policial de Carabineros, la más importante del país. Esta prestigiosa fuerza uniformada se ha visto involucrada en escándalos de magnitud. El primero ha sido el de un desfalco por más de 43 millones de dólares sustraídos de los recursos asignados a Carabineros. Decenas de altos oficiales, están siendo acusados e investigados sobre una modalidad que se realizaba desde hace años. El segundo y grave escándalo ha sido el descubrimiento de que una unidad de inteligencia fabricaba pruebas falsas para acusar a comuneros mapuches de hechos delictivos cometidos por los mismos uniformados.
Las presiones para que renunciara el general Bruno Villalobos no habían conseguido resultado, acaso por cierta falta de liderazgo mostrado por la ex presidenta Michelle Bachelet. Si bien se trata de una renuncia, Villalobos debe haber intuido la intención de Piñera que, en el día de su asunción, le dirigió un emblemático “tenemos que hablar”. Piñera anunció también una reforma del cuerpo policial y una revisión de sus funciones.
El Ejecutivo también anunció cambios en la normativa del Servicio Nacional de Menores.