Como todos los años, miles de personas se congregan en el santuario de San Cayetano en el barrio porteño de Liniers.
Miles de personas comenzaron a pasar por el santuario de San Cayetano, del barrio porteño de Liniers, para pedir al santo patrono de la Providencia, trabajo o no perderlo, y también agradecer haberlo conseguido.
La expresión de fe en el templo de Cuzco al 100, que se constituye en el termómetro del desempleo, llevará por lema “San Cayetano, amigo de los trabajadores, danos paz, justicia e igualdad”.
Muchos devotos de San Cayetano aguardaron desde hace semanas en carpas o a la intemperie en los alrededores del templo para participar de esta fiesta.
Las puertas del santuario de Liniers fueron abiertas a la hora cero por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Juan Carlos Ares, quien tras impartir la bendición dio paso a los devotos y presidió la primera misa.
La misa central fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, quien tras la celebración saludó a los peregrinos que hacen dos largas filas: unos para tocar el vidrio que protege la imagen del santo y otros para verlo de lejos.
Más de mil servidores laicos están al servicio del peregrino, mientras que jóvenes scouts reparten pan, caldo y mate cocido a los peregrinos.