Paz, igualdad y liderazgo, tres pasos firmes hacia el mundo unido

Paz, igualdad y liderazgo, tres pasos firmes hacia el mundo unido

Durante los primeros días de mayo el planeta se unió a través de diferentes acciones y conferencias virtuales promovidas por los Focolares que transmitieron ideas de fraternidad y un mensaje de esperanza.

El 14 de julio de 1789 cientos de franceses se enrolaban en un proceso de euforia social gestado durante mucho tiempo y se dirigían a tomar la fortaleza de la Bastilla. Hoy consideramos este hecho como el inicio de la Revolución Francesa, un punto de inflexión en la historia del Occidente mundial que ha inspirado los principios de constituciones, repúblicas y sociedades. La bandera ideológica de los revolucionarios se conoció a través de las palabras “Libertad, igualdad, fraternidad”. No cabe duda de que la revolución fue representativa de cambios que ya se gestaban en el seno del “Antiguo Régimen”; defender la igualdad era totalmente novedoso en una sociedad en la cual clérigos y nobles gozaban de un estatus jurídico privilegiado y no eran sometidos a las contribuciones que gran parte de la población debía aportar. Desde la Edad Media la sociedad se había organizado en estancos sociales constituidos de manera vertical y en una desigualdad socialmente aceptada. Lamentablemente esa igualdad jurídica que profesaba la revolución no alcanzó a penetrar en las estructuras de la economía y la sociedad; hoy todos conocemos la idea de igualdad, pero también sabemos que no es una realidad.

Poco tiempo después se consolidaban las desigualdades en el mundo laboral y económico mientras el mundo se industrializaba, y los países aventajados salían a la búsqueda de mercados en los cuales vender sus productos y comprar materias primas a bajo costo. De este modo las desigualdades también se extrapolaron a las relaciones internacionales. Las sociedades conocieron pronto las miserias del capitalismo, la exclusión, la inequidad en el acceso a las oportunidades, las violaciones a la integridad y dignidad de los trabajadores. La igualdad que identificaba a los franceses de 1789 se esfumaba ante la voracidad de un sistema que tenía como premisa la acumulación, el consumo. Los aspectos centrales de ese sistema, con muchas adaptaciones, perduran hasta el día de hoy.

En el primer panel de la SMU organizado por el Movimiento Políticos por la Unidad, el presidente de la organización a nivel internacional citaba el artículo de monseñor Vincenzo Paglia. En ese escrito, el citado hecho histórico también tiene cierto protagonismo. Para el autor la “fraternidad” es la promesa incumplida de la modernidad. Este es el aporte original de la oración de Francisco, quien se presentaba solo frente a una Plaza de San Pedro vacía, y en ese acto devolvía al centro de la escena la misión de la Iglesia: construir una fraternidad universal y unir a la familia del mundo en su indispensable diversidad1. Un mensaje que renace desde los orígenes y que se nos presenta como urgente.

Es así como en nuestros días renace la esperanza cuando se observa que desde hace ya algunas décadas distintos especialistas apuntan a la necesidad de una transformación en los pilares centrales del sistema económico y social que nos contiene. Cuando ha quedado claro que no se puede seguir sosteniendo un sistema excluyente e injusto, han empezado a surgir cada vez más respuestas, muchas de ellas potenciadas por la pandemia del coronavirus. La Semana Mundo Unido de este año ha significado una condensación de esas respuestas esperanzadoras desde sus distintos eventos y actividades. El objetivo común parece estar más cerca cuando se difunden acciones e ideas que nos presentan vías efectivas que poco a poco han empezado a cambiar la situación en base a ideas y acciones que consideran como pasos necesarios la construcción de la paz, la justicia social y el reconocimiento de los derechos humanos. En ese marco, tal y como en 1789, la política se ubica en el centro de la escena como una forma efectiva para dar respuestas. Sin embargo, como todo historiador sabe, en otro contexto hacen falta otras estrategias para hacer una revolución.

En efecto, los liderazgos comunitarios que expresan el valor inconmensurable de los vínculos sociales de fraternidad parecen ser una luz que brilla cada vez con más fuerza. De hecho, en su intervención durante la charla de Sophia ALC, Lucas Cerviño nos presentaba tres modelos históricos de liderazgo: el héroe, el sabio y el santo. Me gustaría agregar que, durante la Edad Media y Moderna, también encontramos un modelo político casi arquetípico para los monarcas, la figura del buen Pastor. Representada desde las primeras manifestaciones artísticas de los cristianos, esta figura nos retrotrae a una concepción cristológica que nos introduce en los conceptos centrales de los nuevos liderazgos comunitarios ensayados con tanta luminosidad por los participantes de la videoconferencia: la primacía de lo colectivo, la generatividad y las buenas prácticas2.

En ese aspecto, también la centralidad de los vínculos nos recuerda una fortaleza de la propuesta del carisma de la Unidad para regenerar la sociedad. Trabajar en red es un elemento que empodera ya que con estas condiciones se puede llegar allí donde individualmente no alcanzaríamos. El paradigma relacional como respuesta nos predispone a construir un mundo nuevo practicando la reciprocidad desde el principio y se identifica cuando detrás de ese individuo que actúa hay una comunidad, tal y como explicaba Virginia Osorio en el taller sobre acciones sociales3.

En ese mar de ideas y acciones todavía hay muchas preguntas, muchos oscuros en las formas de construir una sociedad nueva combinados actualmente con cierta incertidumbre. Pero no cabe duda de que hay una transformación ideológica, un giro que se expresa en el lenguaje: de la meritocracia a la igualdad, del individuo a la comunidad, de la acumulación a la comunión, de la grieta al vínculo. Siento que la participación en los talleres de la SMU nos deja mejor formados para enfrentar un mundo en transformación, nos compromete a construir el mundo unido desde la esperanza y con estrategias que nacen de la comunión ·

*Joven miembro del Movimiento de los Focolares y del Comité Organizador de la Semana Mundo Unido.

1.  Mons. Vicenzo Paglia, “Futuro dopo il coronavirus? Solo se riscopriamo la fraternità”, en Il Riformista, https://www.ilriformista.it/futuro-dopo-il-coronavirus-solo-se-riscopriamo-la-fraternita-72453/?refresh_ce

2.  Canal de YouTube Comunicación Focolares Cono Sur: https://www.youtube.com/watch?v=u8jwW0jTQo0

3. Canal de YouTube Comunicación Focolares Cono Sur: https://www.youtube.com/watch?v=jgFRxsG0-r0

Artículo publicado en la edición Nº 620 de la revista Ciudad Nueva.

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