Luego de una semana de protestas, con al menos 25 muertos, el Gobierno de Daniel Ortega reconoció la inviabilidad del proyecto.
Este lunes decenas de miles de nicaragüenses se manifestaron en contra del Gobierno de Daniel Ortega, luego de incidentes durante las protestas ciudadanas que desde el martes de la semana pasada han provocado al menos 25 muertos y más de un centenar de heridos. Las protestas se originaron con motivo de una reforma del Seguro Social que el Ejecutivo acaba de retirar por considerarla inviable.
Por primera vez en años, una manifestación multitudinaria ha recorrido varios kilómetros de la capital, Managua, exigiendo un cambio en la forma de gobernar el país. Las manifestaciones contra el régimen comenzaron el pasado miércoles después de que el presidente decidiera imponer cambios en el Seguro Social que contempla una reducción del 5% a las pensiones y aumentos en las cuotas que deben pagar la patronal y los trabajadores para evitar la quiebra del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
Ante las protestas, hubo una dura represión contra los manifestantes, que ha dejado un tendal de víctimas. La pregunta es si se pueden considerar estas protestas el comienzo de una oposición al régimen de Ortega, en el poder desde 2006 y reelecto hace dos años. Sin duda, su intransigencia y autoritarismo fueron derrotados al tener que derogar las reformas puestas en marcha, en un país donde incluso se señalan censuras a la prensa independiente.
Ortega solicitó los oficios de la Iglesia católica como garante de un proceso de diálogo que se pretende abrir con el sector privado y los trabajadores.
Retiraron un proyecto inviable, pero primero asesinaron gente utilizando las fuerzas que deberían garantizar la paz pública. Suerte que se dieron cuenta de la inviabilidad, pero después de asesinar lo que queda es desolación.