“Cuando nosotros estamos frente a la posibilidad de sostenernos en la vida, eso no se puede politizar. La vacuna es para bien de todos”, aseveró el presidente del episcopado en su reflexión semanal.
El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea, expresó su perplejidad por la “politización” de la vacuna contra el coronavirus, en el marco de su reflexión de esta semana sobre las tentaciones de Jesús.
“Ahora vivimos perplejos por la politización de la vacuna. La vacuna, que como el Santo Padre nos dijo repetidas veces, debe tener un alcance universal, nadie debe quedar sin ella, y primero merecen recibirla los que tienen la responsabilidad de los cuidados esenciales”.
“Con esto tenemos que tener una gran delicadeza porque se trata de la vida y la muerte. Cuando nosotros estamos frente a la posibilidad de sostenernos en la vida, eso no se puede politizar. La vacuna es para bien de todos”, aseveró.
El prelado sanisidrense comenzó su mensaje para el primer domingo de Cuaresma recordando que “el Evangelio nos dice que el Espíritu lo lleva al desierto y así el Señor vive algo que es tan nuestro, que es tan humano: la lucha, el combate entre el bien y el mal, la decisión”.
“Y esto lo hace en el ambiente desierto, donde está despojado de todo, donde será solamente lo esencial: o el corazón para Dios o el corazón para otro lado”.
El obispo focalizó luego su reflexión en la realidad del país, observando “las tentaciones” que tienen hoy los argentinos, y dijo: “Pienso en que tenemos la tentación tremenda de autodestruirnos, y de boicotearnos lo que nos puede hacer bien”.
Monseñor Ojea invitó a pedirle al Señor “no ceder ante la tentación y la ruptura de la división, así es el espíritu del mal que nos lleva a romper, a cortar nuestra relación con la naturaleza dentro de nosotros mismos y con los hermanos y hermanas”.
“Pidámosle al Señor que venció la tentación, que superó la prueba, que nos dé la fuerza para vencer esta tremenda tentación de autodestruirnos”, concluyó.
Fuente: AICA
Evidentemente, este obispo no me gusta. Porque ya dije algo sobre el aborto en otro momento. Ahora sale con algo importante, criticando una partecita de la realidad. Y en eso no estoy de acuerdo. El mensaje que damos los cristianos debe ser en positivo, no resaltando cosas que no nos parecen, sino poniendo de relieve aquello que está bueno. Mientras el episcopado continúe con un discurso de este tipo, cada vez menos gente se va a sentir que el Cristianismo es una respuesta a los problemas cotidianos. Y estaría bueno, que aquellos que pensamos parecido, comencemos a hablar en el ámbito católico, para ir mostrando que el Evangelio es Vida, no dogma. Me parece……