El obispo auxiliar de Buenos Aires fue uno de los oradores en contra de los proyectos de despenalización del aborto. Hoy continuarán las exposiciones en la Cámara de Diputados.
El obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara, fue uno de los expositores en el plenario de comisiones de la Cámara de Diputados que dio inicio al debate por la despenalización del aborto, y fundamentó su posición en el documento de los curas villeros “Con los pobres abrazamos la vida”.
“Cuando se niega el derecho más elemental –el derecho a vivir– todos los derechos
humanos quedan colgados de un hilo”, advirtió al exponer una postura contraria a las iniciativas parlamentarias que auspician esa práctica.
“Cualquier opción por la dignidad humana necesita fundamentos que no caigan bajo discusión, más allá de cualquier circunstancia. De otra manera esa opción se vuelve muy frágil. Porque si aparece alguna excusa para eliminar una vida humana inocente, siempre aparecerán razones para excluir de este mundo a algunos seres humanos que molesten”, sostuvo.
El prelado destacó que “cuando una mujer humilde de nuestros barrios va a hacerse la primera ecografía, no dice: ‘vengo a ver cómo está el embrión o este montón de células’ sino que dice: ‘vengo a ver cómo está mi hijo’”.
“¿Qué solidez puede tener entonces la defensa de una vida humana?”, se preguntó, y completó: “Si una ley puede definir en qué momento puede ser eliminada o no. En qué se apoyaría la ley para decir: no es legítimo quitarle la vida a un ser humano cuando tiene más de tres meses, pero que sí se lo puede matar cuando tiene unas horas menos”.
“Si una ley puede definir en qué momento una vida humana puede ser eliminada, entonces todo queda sometido a las necesidades circunstanciales, a las conveniencias de los que tengan más poder, o a las modas culturales del momento”, subrayó.
Monseñor Carrara consideró que “como pueblo somos capaces de apuntar más alto y de sostener un profundo respeto por la dignidad de los más débiles” y estimó que “aunque no parezca la salida más pragmática, los argentinos podemos resolver los problemas sin arrancarle la vida a un inocente antes de que pueda defenderse”.
“Podríamos hacer la diferencia. No es inofensivo abrir la puerta del aborto. Una lógica de muerte sólo provocará más muerte y tristeza”, concluyó.
Texto completo de la exposición
Fuente: AICA