El Papa Francisco presentó en la audiencia del miércoles 29 de diciembre a la figura de san José como un migrante perseguido y valiente, tal como lo describe el evangelista Mateo.
Esto alude a “la huida a Egipto”, tal como lo detalla en el segundo capítulo de su evangelio, donde la familia de Nazaret, abandona su tierra natal, tal como millones de personas lo siguen haciendo dos mil años después.
Los motivos no han cambiado mucho, la injusticia y la violencia siguen presentes en estos casos, tal como sucedió con la familia de Jesús. Porque el rey Herodes se entera a través de los Reyes Magos, del nacimiento del “rey de los Judíos”, una novedad que lo amenaza y le provoca inseguridad. Entonces exige a los reyes de Oriente, le comuniquen el lugar donde ha nacido, para ir a “adorarle”, cuando su intención real, era la de exterminarlo.
Como Herodes no logró dar con esta información, concibió un plan inimaginable: matar a todos los niños de Belén de dos años para abajo, que era el tiempo en que, según el cálculo de los Reyes Magos, Jesús había nacido.
Allí entra en juego un ángel que le ordena al buen carpintero José: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; allí estarás hasta que te avise. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle». José cumple la orden del Ángel. Tuvo que afrontar un largo viaje, para irse a otra tierra, donde la existencia no le fue fácil.
Vemos que desde tiempos inmemoriales, el hombre es el “lobo” de sus congéneres. La historia está llena de estos casos, de personalidades esquizoides que intentan vencer sus miedos ejerciendo la violencia. La vida en general requiere valor. Decisión y valentía para afrontar las dificultades de cada día. La vida siempre nos depara oportunidades y adversidades. Hay víctimas de las guerras, personas que deben huir de su tierra por motivos muy diversos, tal como los migrantes.
Cerramos un año, pero no podemos tapar el sol con la palma de la mano. La migración actual es una realidad inocultable: un escándalo social de la humanidad. Tener esto presente, en medio de la compleja situación actual, puede ser una luz para orientar nuestros esfuerzos en pos de la justicia social, máxime con aquellos que son injustamente perseguidos. Un deseo concreto para sostener a lo largo de 2022.
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