El ex presidente de Brasil ha retirado su candidatura a la presidencia. Asume como abanderado el ex ministro y ex intendente de San Pablo.
Luego de estirar hasta último momento su decisión, el ex presidente de Brasil, Lula da Silva retiró definitivamente su candidatura a la presidencia, lo que evita a su partido el riesgo de quedar sin un representante que compita en las elecciones del próximo octubre. Toma su lugar como abanderado del PT el ex ministro de Educación durante la gestión de Lula y de Dilma Rousseff, Fernando Haddad. El candidato es un reconocido académico de Ciencias políticas y también fue intendente (alcalde) de San Pablo con una gestión técnicamente apreciada, aunque con poco arraigo popular.
Haddad si bien es miembro del PT, representa un liderazgo alejado de los escándalos que han barrido la cúpula del partido en estos años. En efecto, son varios los dirigentes involucrados con casos de corrupción y condenados por la justicia, evidencia de un partido que ha cometido errores graves. La imagen del candidato refleja, sin embargo, una figura que por un lado da mayores garantías de honestidad y por otro lado no pertenece al núcleo histórico de un partido que recibe rechazos en sectores medios altos. Sin duda, no dispone del carisma y de la habilidad de Lula y de su capacidad de hablar a los sectores más populares del país. Eso significa que no será automático el traslado de ese 40% de las preferencias que ha acumulado Lula en este tiempo, pese a las vicisitudes procesales. Hasta el momento, Haddad ha conseguido levantar sus apoyos de un magro 4% al actual 10%. Sin duda la decisión de Lula de retirarse despejará el panorama y se verá el nivel de incidencia del PT en el debate político.
Haddad deberá lidiar a su derecha con Jair Bolsonaro, el candidato de la ultraderecha nostálgico de la dictadura militar, que apoya abiertamente y cuyos represores defiende como “héroes”. Desde el hospital donde está internado con motivo del ataque violento sufrido cuando un desequilibrado lo acuchilló la semana pasada, Bolsonaro sigue apelando a la idea de armar a la población para que se defienda y a sus poco consistentes ideas violentas, xenófobas y abiertamente machistas. Parece difícil que pueda superar un umbral de voto superior al actual 22-24% con semejante ideario. Por la izquierda, Haddad deberá debatir con los ex ministros Ciro Gomes y la ambientalista Marina Silva, portadores de planteos políticos más serios que el ultraderechista citado, y sin los escollos del lastre de la corrupción que no ha afectado a sus organizaciones. También ellos se sitúan en los sondeos en torno al 10%. El tema de fondo será entonces cómo salir del túnel en el que ha entrado el país a partir del descalabro financiero dejado por la gestión del PT y la sucesiva destitución de Rousseff y la llegada al poder de una figura corrupta como el actual presidente, Michel Temer, otro efecto indeseado de la política de alianzas del PT. Quizás, el panorama comienza a esclarecerse.