Lucha abierta a la mala alimentación en Chile

Lucha abierta a la mala alimentación en Chile

La nueva ley de etiquetado de alimentos impondrá que los productos envasados con azúcares o grasas en exceso deberán llevar un símbolo negro con letras blancas.

El objetivo de la Ley de Etiquetado de Alimentos, que empezará a regir a partir del próximo 27 de junio, es conseguir mejorar la calidad de la forma de alimentarse de los chilenos, que no es saludable. Según la última Encuesta Nacional de Consumo Alimentario apenas un 5 por ciento de la población se alimenta en forma sana, el resto debe aprender a cambiar sus costumbres en materia de comida. La encuesta señala que en las zonas rurales y los sectores económicos más bajos (hay un 15 por ciento de pobres en el país más sectores vulnerables) se concentran los casos de mala alimentación y los casos de obesidad, debido al consumo de alimentos con alto nivel calórico o ricos en grasas.

En total, el 64,5 por ciento de la población tiene problemas de alimentación saludable. Pero los indicadores se vuelven preocupantes en el caso de los niños: más del 30 por ciento de niños hasta siete años tiene sobrepeso. El presupuesto familiar limitado por los bajos ingresos, largas horas de traslado para ir al trabajo, son factores que inciden en la costumbre de comer afuera, a menudo incluso a la salida del trabajo, recurriendo a la venta de “carritos” en la vía pública, privilegiando sandwiches, vienesas (salchichas), hamburguesas, y salsas con mucha grasa. Una combinación peligrosa, acompañada por gaseosas ricas en azúcares.

Es la razón por la que la ley intenta poner un freno a la difusión de alimentos envasados que contengan excesos de nutrientes críticos, cuya etiqueta deberá advertir sobre los altos contenidos de azúcares, sodio, grasas saturadas y la cantidad de calorías. Cuando esos contenidos sobrepasen los límites establecidos por las autoridades sanitarias, el producto deberá comparecer con un símbolo negro con letras blancas. Pero además de aparecer con esa señalación en las góndolas de los supermercados del país, tampoco será posible acompañar el producto con una publicidad específica dirigida a los niños, ni incluir regalos o juguetes en el producto. Un ejemplo típico de productos que no podrán ser comercializados con esta metodología es el conocido huevo de chocolate Kinder sorpresa, que incluye un juguete además de la golosina. La ley prescribe que hay una inducción al consumo del producto que incide en los niños que no poseen el necesario sentido crítico para controlar su deseo de comerlo. La reglamentación impedirá también la difusión de la cajita feliz de la cadena McDonald’s, un producto pensado para los consumidores infantiles. Si bien el producto no integra los alimentos envasados, la presencia de hamburguesas y papas fritas no podrá ser acompañada por regalos o juguetes con la función de gancho comercial.

Pero la ley no sólo pone freno a las poderosas cadenas comerciales o marcas productoras de alimentos ricos en nutrientes críticos, también los tradicionales carritos chilenos que venden sopaipillas fritas (versión chilena de la torta frita), los “completos” (pan con salchicha, mayonesa y palta) no podrán ubicarse a menos de cien metros de los establecimientos educativos según la reglamentación que está siendo adoptada por un número cada vez mayor de municipios. Asimismo, los expendios de alimentos dentro de las escuelas, frecuentemente concesionados a privados, deberán privilegiar alimentos sanos. A partir de la vigencia de la ley, habrá inspecciones para verificar el cumplimiento de esta normativa.

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