En la inauguración de la competencia que se disputa en Corea del Sur, estuvo presente la hermana del dictador norcoreano Kim Jong-un, quien se saludó con el presidente anfitrión.
El deporte es sin dudas un medio de unidad entre los pueblos. Así lo manifiestan los principios del olimpismo y lo han demostrado incontables episodios a lo largo de la historia. Y si bien siempre hay espacio para la incredulidad y el escepticismo, también es cierto que hay imágenes que transmiten esperanza y que hablan de que otro mundo es posible.
Hoy se dio inicio a los vigesimoterceros Juegos Olímpicos de Invierno en Pieonchang con dos hechos que inmediatamente han recorrido el mundo. Por un lado, la composición del palco oficial en el que estuvieron presentes, con intercambio de saludo mediante, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, la hermana del dictador norcoreano Kim Jong-un, Kim Yo Jong, el vicepresidente de los EEUU, Mike Pence y el premier japonés, Shinzo Abe.
El saludo entre las autoridades de las dos Coreas no se produce desde 1953, cuando comenzara un estado de guerra que dura hasta la actualidad. De hecho, esta edición de la competencia, organizada por Corea del Sur, ha sido llamada “los Juegos de la Paz”.
Por otra parte, también fue de destacar el desfile, donde los deportistas de ambas Coreas aparecieron juntos, vestidos de blanco y con banderas con el mapa de la península en azul.
La tensión política que desde hace tiempo se vive entre estas naciones no fue un impedimento para comenzar a vivir unos Juegos que sin dudas serán históricos. Ojalá estas imágenes perduren en el tiempo y se hagan cada vez más frecuentes, permitiéndole al deporte cumplir con su esencia: unir a los pueblos.
Fotos: AP y Reuters