Los métodos que se utilizan para definir estas medidas cambiaran por otros más fiables.
La comunidad científica coincidió en una primera instancia, realizada en París la semana pasada, en la necesidad de modificar la modalidad que se utiliza para medir el amperio, el kilogramo, el kelvin y el mol recurriendo a metodologías más fiables.
De este modo, los científicos esperan actualizar estas unidades de manera que estén basadas en números invariables: las constantes fundamentales del universo.
Para este objetivo, se usarán cuatro constantes: h, la constante de Planck, un número que relaciona la energía de la unidad más pequeña de luz, el fotón, con su frecuencia o color; e, la cantidad de carga eléctrica de un único protón o -e, la carga del electrón; k, la constante de Boltzmann, que relaciona la temperatura de una partícula de gas con su energía cinética; y NA, la constante de Avogadro, el número de moléculas que una sustancia necesita para pesar en gramos lo mismo que una molécula pesaría en unidades de masa atómica.
Los cambios en la manera de realizar estas mediciones, se constituye como la mayor revisión del Sistema Internacional desde su instauración en 1960.
El amperio (unidad de corriente eléctrica), que hoy se define por un experimento imaginario que genera una fuerza entre dos cables infinitos, pasará a medirse con una bomba de electrones que genera una corriente medible contando electrones individuales.
Por su parte, el kilogramo (unidad de masa), que hoy es definido por la masa de un cilindro de platino-iridio que se almacena en una cámara de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (CGPM) en Francia, será en cambio medido con la balanza de Watt (foto), un instrumento que compara la potencia mecánica con la potencia electromagnética utilizando dos experimentos separados.
La unidad de temperatura kelvin, hoy relacionado con la temperatura y presión a la que coexisten el agua, el hielo y el vapor de agua en equilibrio, se deberá medir empleando termometría acústica, con la frecuencia de las ondas sonoras que resuenan dentro de una esfera llena de gas proporcional a la velocidad media de los átomos que hay en ella.
Otra unidad, la que mide una sustancia, el mol, y que hoy se detalla como la cantidad de sustancia que hay en un sistema con tantas entidades elementales como átomos hay en 0,012 kilogramos de carbono-12, se redefinirá mediante un instrumento que determinaría la cantidad precisa de átomos que hay en una esfera perfecta de silicio puro.
Las modificaciones propuestas serán votadas en la Conferencia General de la CGPM (organismo que supervisa el Sistema Internacional de Unidades) en noviembre del año que viene, y los cambios recién se implementarán a partir de mayo del 2019.