El mundo volvió a ver a un Lionel Messi intratable. Esta vez fue en la victoria de Barcelona por 3 a 0 frente a Liverpool por la ida de la semifinal de la Champions League.
Un día antes de que Barcelona recibiera a Liverpool en el Camp Nou, el volante Ivan Rakitic soltó una frase cargada de sentido en conferencia de prensa: “Si Messi está así de motivado, cómo no lo vamos a estar los demás”. Lo dijo en referencia a la alegría con que el argentino, capitán del conjunto catalán, levantó ante sus hinchas la Copa de Liga, obtenida el pasado fin de semana. Era la 10º de las 15 que disputó Messi desde que debutó en la primera división del equipo culé.
Sin embargo, la enorme cantidad y variedad de trofeos que Barcelona cosechó desde que el rosarino viste la casaca blaugrana no apaga el deseo de seguir por la senda victoriosa. Al comenzar la temporada, a mediados del pasado año, el propio capitán se encargó de anunciar a viva voz en el Camp Nou que irían en busca de “esa copa tan linda” en referencia a la Champions League. En cada presentación, el propio Messi se encarga de demostrar que ese deseo se apoya permanentemente en los hechos. Y este 1º de mayo no fue la excepción: el “10” trabajó como nunca para encaminar a su equipo hacia la ansiada final.
Sólo verlo cómo arengaba a sus compañeros en esa ronda íntima después del calentamiento previo al partido con Liverpool permitía intuir que el capitán está más enchufado que cualquiera. Tiene entre ceja y ceja ese deseo de volver a alzar la “orejona” y se lo transmite a sus compañeros, aunque no sólo con palabras.
Ya en el campo, se notaba su compromiso con el equipo. En un encuentro sumamente difícil y ante un rival que lo superó en buena parte de los 90 minutos (de hecho vale decir que el resultado fue un tanto generoso para Barcelona), Messi y compañía debieron transpirar más de la cuenta. Hubo más sacrificio que el juego estético al que nos tiene acostumbrados el Barsa.
Con el 1-0 parcial, gracias al tanto de Luis Suárez en el primer tiempo, lo mejor llegó en el complemento. Luego del asedio de los ingleses y las oportunas y sobrias apariciones de Ter Stegen, clave también en el triunfo, Messi frotó la lámpara y en un lapso de 7 minutos liquidó el encuentro. Primero con un arranque electrizante, apilando defensores y tomando el rebote en el travesaño tras la definición errática del uruguayo. Y luego, el moño. Un tiro libre sublime que se metió en el ángulo e hizo delirar a los aficionados con la ya típica reverencia desde las tribunas: “Meeeessi, Meeeessi, Meeeessi”.
Fue un partido digno de una final. Aún quedan 90 minutos en Liverpool y si bien en este fascinante torneo nunca está todo dicho, Barcelona ha dado un paso importante para clasificar al partido decisivo en Madrid.
Y el “Messi líder” todavía tenía algo que entregar, incluso después del partido. En el festejo de su primer gol le había hecho un gesto a los hinchas indicando que no estaba de acuerdo con los silbidos de la gente cuando fue reemplazado Coutinho. Y frente a las cámaras lo explicó: “Estamos en momentos definitorios, tenemos que estar todos más unidos que nunca, ya lo dijimos a principio de año. No es el momento de criticar a nadie, hay que apoyar y estar todos juntos en las finales que nos quedan. Vamos a hacerlo todos juntos. Es feo despedir así a un compañero. No entro en si estuvo bien, pero hay que estar todos juntos y unidos”.
Antes, durante y después del partido, Messi apareció en todo su esplendor. Es el líder absoluto de este Barcelona que busca la gloria una vez más.