No aparecen pistas que expliquen el móvil del asesino de Las Vegas. Al año, las armas en los Estados Unidos provocan 33 mil muertos y 60 mil heridos.
La matanza de Las Vegas revela un mar de tristeza. Los investigadores todavía no encuentran una razón que explique por qué un ex contable sexagenario haya decidido disparar ráfagas dando muerte a 59 personas e hiriendo a más de 520. Una cantidad enorme.
En las varias viviendas de Stephen Paddock y la habitación del hotel desde donde realizó la masacre, había decenas de armas, algunas posiblemente modificadas. La ley permite adquirir armas automáticas, pero no utilizarlas con el dispositivo que les hace disparar ráfagas. Se supone que utilizó versiones modificadas de esos rifles. Pero, menos eso, la ley permite a cualquiera dotarse de una cantidad tan grande de armas. Las autoridades se apresuraron a declarar que no está en discusión la segunda enmienda de la Constitución, que permite a los ciudadanos andar armados. Casi para dar seguridad de que ese principio seguirá sin cambios.
Sin embargo, todo indica que precisamente ese principio debería reverse. Cada año, las armas provocan en los Estados Unidos 33 mil muertos y unos 60 mil heridos. Es un parte de guerra.
De acuerdo a dicho principio, los 30 mil concurrentes al concierto de música country atacado por el asesino solitario, podrían haber respondido con todo derecho a ese fuego hostil. De haberlo hecho, los policías presentes no habrían podido distinguir entre ciudadanos que se defendían y potenciales atacantes. El balance de víctimas podría haber sido enormemente más elevado.
Acerca de esta eventualidad, muy real, la periodista Maddalena Maltese, desde New York, señala en la página web de la revista Cittá Nuova el largo posteo del guitarrista Caleb Keeter, líder del grupo musical Josh Abbott Band, conocido por su postura a favor de la posesión de armas. El grupo estaba en Las Vegas y se preparaba para exhibirse en el festival musical cuando comenzaron los disparos. Keeter admite que la idea de que todo el mundo ande armado es errónea. Se asume un riesgo serio. Un artista musical que opine en contra de la posesión de armas puede sufrir el ostracismo de los medios y desaparecer de la programación musical de las radios.
Pero es el primer gesto de cordura provocado por este episodio doloroso, junto al gesto solidario de cientos de personas que se han trasladado hasta los hospitales de Las Vegas para donar sangre o las actitudes solidarias de muchos que protegieron a niños, niñas y heridos durante el tiroteo.
El otro gesto de cordura debería ser el de reconocer que una ciudadanía armada no es la solución de la violencia. Todo lo contrario, es su premisa.
Gracias Alberto por tus artículos que nos centran siempre, en todo sentido, en el valor de la vida.