El reciente informe del Banco Mundial señala las gravísimas consecuencias del impacto del cambio climático en la economía argentina, principalmente por las pérdidas provocadas por inundaciones y sequías.
El documento estima que las pérdidas anuales promedio de activos oscilan entre los US$ 500 millones y US$ 1400 millones anuales. Además, dichas pérdidas podrían aumentar el 125% debido al cambio climático.
Jordan Schwartz, director del Banco Mundial para la región sostuvo: “Surge del reporte una conclusión inevitable: enfrentar el cambio climático no es un desafío de largo plazo, sino una medida urgente ante el impacto fiscal, el crecimiento perdido, y los costos a los hogares más vulnerables que ya ocurren y son sustanciales ”.
El funcionario agregó: “las inundaciones han sido las responsables de provocar pérdidas económicas por unos US$22.500 millones desde 1980, así como del 58 % de todas las pérdidas económicas causadas por desastres naturales entre 1966 y 2015”.
Esto marca como los eventos climáticos impactan directamente en las personas. Cada año, a consecuencia de las inundaciones, en promedio, un 0,14 % de la población argentina cae en la pobreza. Esto significa que esas personas no pueden mantener el poder de compra con sus ingresos.
“Las inundaciones impactan directamente en las familias más pobres, que son quienes menos probabilidades tienen de recuperarse cuando se producen desastres sobre todo en las provincias más pobres”, precisó Julie Rozenberg, economista del Banco Mundial.
Entre Ríos es la provincia que tiene la mayor incidencia anual promedio de pobreza como consecuencia de los impactos de desastres, en porcentaje de la población con un 0,15 %.
La lista incluye otras provincias con el mayor índice de pobreza como consecuencia de desastres, como Chaco (0,10 %), Santiago del Estero (0,10 %), Buenos Aires (0,08 %) y Corrientes (0,08 %).
Las poblaciones con escaso acceso a servicios públicos o las que reciben asistencia social soportan una carga desproporcionadamente grande de las pérdidas de bienestar provocadas por inundaciones.
El sector agropecuario, motor del crecimiento económico argentino, es particularmente vulnerable al cambio climático a través de las sequías. La grave sequía que sufrió la Argentina a principios de 2018 generó una caída del PIB del 2,5%, junto con la conmoción financiera y la depreciación del peso que se produjo a partir de abril de ese año.
La recesión económica comenzó en el segundo trimestre, cuando la producción agrícola cayó un 32% anual debido a la grave sequía y, del lado de la demanda, las exportaciones se contrajeron más del 8%.
Además del impacto que las sequías tienen en los ingresos nacionales, también son costosas a nivel provincial. En Santiago del Estero, Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, una caída de 10 puntos porcentuales en la producción de cultivos implica una caída de 0,7 puntos porcentuales en la tasa de crecimiento del Producto Bruto Provincial.