El Día Internacional de las Familias se celebra el 15 de mayo de cada año para recordar el rol insoslayable que tiene cada familia en la educación y formación de cada uno de sus integrantes.
Con todos los cambios que conlleva el término, hay una conclusión que subyace y trasciende a todas las tendencias y cambios demográficos. Las Naciones Unidas consideran que la familia constituye la unidad básica de la sociedad. Esta jornada es la excusa para repensar cuestiones sociales, económicas y demográficas que afectan al desarrollo de la familia y su evolución. Por eso mismo, se organizan actividades, como talleres, conferencias, programas de radio y televisión, para fomentar y favorecer el mantenimiento y la mejora de la unidad familiar.
En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución A/RES/47/237, decidió celebrar el Día Internacional de la Familia cada 15 de mayo, con el fin de dar a conocer la cuestiones relativas a las familias y reflexionar acerca de cómo son afectadas por los procesos sociales, económicos y demográficos.
El 25 de septiembre de 2015, los 193 Estados Miembros adoptaron por unanimidad los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un conjunto de 17 objetivos dirigidos a erradicar la pobreza, la discriminación, los abusos y las muertes prevenibles, abordar la destrucción del medio ambiente e iniciar una era de desarrollo para todos los habitantes del planeta.
Las familias y las políticas que se ocupan de las cuestiones que les afectan son claves para la alcanzar varios de estos objetivos.
Las familias son muy diversas, cada una es un mundo en sí misma. El deseo es que sean lugares donde haya armonía y cuidado, pero en muchas ocasiones son espacios donde no se respetan los derechos de los más pequeños, ni los de las mujeres.
Es nuestra intención la de tener presentes estas situaciones para ver la forma en que podemos colaborar para seguir construyendo una sociedad más justa y una familia más plena.
Mas aún en este confinamiento, debido al brote del COVID-19, transformemos el encierro, y el tiempo adicional que compartimos en familia durante el aislamiento, en imperdibles oportunidades para redescubrir nuestra familia, y “afinar la sintonía”.
Fuente: Portal de las Naciones Unidas – http://un.org/es