La presidencia del Mercosur no sale del impasse

La presidencia del Mercosur no sale del impasse

Uruguay dice que dejó la presidencia pro tempore del bloque, Venezuela dice que la asumió, pero no para Argentina, Brasil y Paraguay.

¿Venezuela es o no presidente pro témpore del Mercosur? No es dado saberlo. Cuando aparecen las discrepancias internas, y estamos ante una que es grave, es fácil aferrarse a una u otra norma. Las diferencias suelen armar bibliotecas distintas, pese a la escasa normativa en torno al funcionamiento del Mercosur. Eso indica que, en realidad, estamos ante un problema político y no jurídico.

El mecanismo de traspaso de la conducción entre los cinco miembros del bloque, vale la pena recordarlo, obedece a un criterio alfabético. Uruguay señaló el viernes pasado que su presidencia ha finalizado y que no había motivos jurídicos para oponerse a la presidencia de Venezuela, que será hasta diciembre. Para Caracas eso indicó que comenzaba su turno a la cabeza del Mercosur. Sin embargo, en julio no se llevó ninguna reunión de cancilleres ni de presidentes, con la presencia de todos los miembros. Es decir, no hubo consenso.

Brasil y Argentina, más diplomáticamente, objetaban el traspaso por razones técnicas y formales: Venezuela no cumplió todavía con algunas adecuaciones a la normativa del bloque. En realidad, los presidentes de los dos países han sido muy críticos respecto de cómo su colega venezolano, Nicolás Maduro, está manejando la crisis política interna que vive el país, con un duro choque entre poderes del Estado.

Paraguay, todavía herido por la suspensión momentánea sufrida en 2013 con motivo de la dudosa legitimidad que llevó a la destitución del presidente Fernando Lugo, adhiere a las críticas y se opone por la misma razón, pues habría razones para aplicar a Venezuela el mismo castigo. Aunque, formalmente sostiene que el traspaso no siguió la formalidad utilizada durante 25 años: la reunión de cancilleres o presidentes del bloque que entrega, por consenso y no en forma automática la presidencia pro tempore.

La discusión se centra, formalmente, sobre la interpretación del artículo 12 del Tratado de Asunción y del artículo 5 del Protocolo de Ouro Prieto sobre la sucesión de la presidencia, y otros artículos en los que se establece que las decisiones se toman por consenso y en presencia de todos los miembros del bloque. La decisión de Caracas, sería por tanto unilateral.

Todo indica que el resultado más probable, de no mediar novedades, será un bloqueo del Mercosur hasta fin de año. En primer lugar, porque recién a fines de agosto en Brasil se decidirá sobre la continuidad o no del mandato de la presidenta Dilma Rousseff. Tanto este país como la Argentina aparecen concentrados en su situación interna, política y económica, lo que deja poco espacio para mirar hacia el resto del mundo, aunque eso sea exactamente lo contrario de lo que enseña la globalización. Uruguay y Paraguay no aparecen en condiciones de modificar el actual impasse político ni de mediar ante Caracas para dar garantías de respecto de las reglas democráticas.

Eso implicará una nueva postergación del ingreso de Bolivia al bloque, pues falta que Brasil lo ratifique y es dudoso que se haga en este mes o que el presidente brasileño Michel Temer, de ser confirmado en el cargo, acepte un nuevo aliado ideológico de Maduro, Evo Morales, en el bloque.

Es una concepción muy limitada de la integración. Que no avanza como proyecto político ni lo hace como proyecto de unión comercial.

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