La organización ha solicitado que sus resultados sean vinculantes para las partes. El gobierno ha aceptado su intervención. Falta escrutar el 5% de los votos del domingo.
El recuento de votos en Bolivia no ha terminado, al haberse detenido en el 95% de las mesas. Pero el panorama sigue sacudido por las sospechas de irregularidades que han llevado a la misión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a proponer auditar el recuento y que sus conclusiones sean vinculantes para las partes. La propuesta ha sido aceptada por el gobierno boliviano, aunque no quedó claro si acatará los resultados de la auditoría.
La decisión del Tribunal Supremo Electoral de suspender la transmisión de los resultados del recuento, ha provocado la renuncia de su vicepresidente, en disidencia con la decisión adoptada. El dimisionario, Antonio Costas, calificó de “desatinada” la decisión de suspenderla transmisión rápida de los resultados electorales, sin que pudiera participar de la misma, siendo vicepresidente. La decisión, afirma Costas, ha desacreditado todo el proceso electoral provocando “una innecesaria convulsión social”.
De hecho, en al menos ocho regiones del país siguieron produciéndose hechos violentos, además de protestas y manifestaciones canalizando el malestar de los partidarios del candidato Carlos Mesa, quien ha convocado a la ciudadanía acusando al Ejecutivo de “fraude escandaloso”.
Luego de la interrupción del escrutinio, la primera tendencia que daba lugar a una segunda vuelta, fue revertida asignando al presidente Evo Morales un mínimo que le permite superar los 10 puntos de diferencia que habilitan su victoria en primera vuelta.