Si hay una revista que marcó tendencias en el mundo del cine y la difusión de las nuevas tendencias, ésta es Les Cahiers du Cinéma, publicación editada en Francia desde 1951, que impulsó la nouvelle vague del cine francés, y hasta formó parte del aprendizaje de la cultura del idioma, a tal punto que varios de sus ejemplares se utilizaban en los cursos superiores de la Alianza Francesa, años ha.
Algo no anda bien en el mundo del celuloide, porque quince (15) empleados, incluido el editor Stéphane Delorme, renunciaron un mes después de que un nuevo grupo compró el paquete de la revista. Entre los 20 propietarios hay gente proveniente del mundo de la tecnología y las finanzas, como así también productores de cine. Esto dio lugar a un conflicto de intereses que amenazaba la independencia de criterios que siempre caracterizó a Les Cahiers, tal como se publicó el jueves 27 de febrero en el portal del prestigioso Le Monde:
“El equipo editorial decidió abandonar los Cahiers du cinema. Los periodistas asalariados toman la cláusula de asignación, una cláusula de conciencia que protege el derecho del periodista cuando cambia el dueño del medio.
Los nuevos accionistas incluyen ocho productores, cuestión que plantea un problema de conflicto de intereses inmediato en una publicación que siempre ha sido crítica. Cualesquiera que sean los artículos publicados en las películas de estos productores, siempre serían sospechosos de complacencia.
La carta de independencia anunciada por primera vez por los accionistas ya ha sido contradicha por anuncios de prensa brutales. Nos dijeron que la crítica debería “reenfocarse en el cine francés”. El nombramiento de la Directora General de la SRF (Société des Réalisateurs de Films), Julie Lethiphu, se sumó a los temores de influencia de la comunidad cinematográfica francesa.
Nos dijeron que la revista se volvería “amigable” y “elegante”. Sin embargo, Les Cahiers du cinéma no han sido ni uno, ni lo otro, contrariamente a lo que afirman los nuevos accionistas.
Les Cahiers siempre han tenido una posición clara y no temieron ser críticos. Uno de los artículos más recordados es el de François Truffaut, “Una cierta tendencia en el cine francés” (1954), que castigaba a la burguesía por formar parte del cine francés. Sería distorsionar el espíritu de Les Cahiers, pretendiendo que sean una vidriera amigable para promover el cine francés”.
A casi un mes de la adquisición del paquete accionario por un nuevo grupo de inversores, todo el equipo editorial decidió abandonar la puerta del Cahiers du cinema, invocando su “cláusula de cesión”, que permite a los periodistas dejar una publicación frente a un cambio de accionistas. No son periodistas noveles, tal el caso del editor, quien lleva veinte años en la prestigiosa revista.
A fines de enero de 2020, veinte accionistas comandados por Grégoire Chertok, banquero de Rothschild, junto a empresarios como Xavier Niel (accionista de Le Monde ) o productores Pascal Caucheteux (Why Not Productions), o Toufik Ayadi y Christophe Barral ( Les Misérables), son la nueva troupe accionaria de Les Cahiers. Claramente no vaticinaban la reacción de los trabajadores, que amparados en la citada cláusula, darán lucha y seguirán siendo críticos y profesionales.
En el ínterin se nos cae una lagrimita: Les Cahiers du Cinéma, han salido de cartel. Al menos tal como los conocimos.