Los estudiantes universitarios y la OEA exigen que sean liberados para participar de las negociaciones que intentan destrabar la crisis política que vive el país.
La liberación de los presos políticos se ha transformado en un tema clave para los avances del diálogo entre el gobierno de Nicaragua y sus opositores. El sector de los estudiantes universitarios, que integra la Alianza Cívica, la organización que reúne a entidades políticas y de la sociedad civil, se han retirado momentáneamente de las negociaciones debido a que no han sido liberados los presos y sigue la represión por parte del Ejecutivo. El pasado sábado, hubo duras acciones represivas contra cientos de personas que intentaron manifestarse a favor de la libertad de los detenidos políticos. Hubo 165 detenidos y otros seis resultaron heridos.
Horas después, gracias a la mediación del representante del Vaticano en Nicaragua, y de la propia Alianza Cívica, los presos fueron liberados. Pero la imagen del presidente Daniel Ortega quedó ulteriormente deteriorada ante la comunidad internacional.
Se supo en estas horas que también el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, condicionó a la liberación de los detenidos su participación a las negociaciones para desbloquear la crisis institucional en la que está sumido el país. La Alianza sostiene que Ortega no demuestra “voluntad política” para superar la crisis. Si bien desde la oposición se pide explícitamente un paso al costado del presidente y convocar a nuevas elecciones, desde el gobierno no ha se ha cedido a ninguna de las exigencias manifestadas para avanzar en el diálogo.
La crisis en Nicaragua se ha desatado a partir del año pasado, cuando el gobierno pretendió modificar el régimen impositivo. Las protestas callejeras provocaron 325 muertos en todo el país, sacudido por movilizaciones masivas en contra de la política de Ortega, en el poder desde hace más de diez años.