Sería parte de un arreglo para evitar ir a juicio. En veinte años 400.000 estadounidenses han fallecido por sobredosis de medicamentos opioides.
Si bien el gigante Purdue Pharma de Estados Unidos no quiere admitir formalmente una responsabilidad, la empresa está dispuesta a evitar años de litigios pactando un arreglo ante las más de 2.000 demandas presentadas también por más de 40 gobiernos estatales. El arreglo sería de unos 10.000 a 12.000 millones de dólares. Como parte del arreglo, la familia Sackler, que controla la compañía, se desvincularía de la empresa, aportando 3.000 millones de dólares de la suma pactada. El resto, una vez declarada la quiebra de Purdue, provendrían de la administración controlada de la empresa, cuyos útiles se destinarían a cumplir con el acuerdo.
El episodio ocurre precisamente en el momento en que, por la misma acusación, otras farmacéuticas han sido multadas o han evitado ir a juicio pactando un arreglo. La Johnson & Johnson ha sido condenada a una multa de 572 millones de dólares por los casos de sobredosis de opioides que, en el estado de Oklahoma han provocado 6 mil muertes en veinte años. Purdue Pharma ya había llegado a un arreglo extrajudicial en Oklahoma, pagando 270 millones de dólares para no ir a juicio, mientras que la también farmacéutica Teva evitó el proceso abonando 85 millones de dólares.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, desde 1999 más de 400.000 norteamericanos han fallecido por sobredosis de analgésicos, heroína o fentanilo ilegal. Entre los opioides incriminados está el OxyContin, un analgésico que se adquiere como comprimido y que puede generar adicción. Para cientos de miles de personas, el uso de este tipo de fármacos legales ha reemplazado el uso de las drogas, pues si bien su comercialización comenzó en 1995, poco después se comenzó a detectar el uso “recreativo” del medicamento. Es decir, se usaba como droga. En otros casos, el uso continuado de los opioides ha tenido como efecto secundario el de provocar adicción bajando el umbral de tolerancia al dolor físico, ya que actúan como la morfina. En las miles de demanda que llovieron sobre Purdue Pharma, se acusa a la compañía de comercializar agresivamente el OxyContin y, como a menudo sucede, presionar (o seducir con beneficios) a los médicos para que recetaran el preparado minimizando los riesgos de adicción.
En Estados Unidos ha habido una verdadera epidemia de adicciones que han producido decenas de miles de decesos por sobredosis de opioides y opiáceos, que ha inducido a la Casa Blanca a declarar una emergencia nacional. Aunque los dos términos son usados como equivalentes, el segundo se refiere a que los productos derivan directamente del opio, mientras que en el caso del primero derivan de algún alcaloide del opio.
De no llegar a un acuerdo con sus demandantes, el 21 de octubre Purdue deberá comparecer antes un tribunal de Cleveland, Ohio, para responder de las acusaciones, junto con distribuidores y farmacias. La emergencia declarada por la Casa Blanca, revela que el consumo de drogas en los Estados Unidos sigue en niveles peligrosos, al punto que incluso desde México, normal canal de drogas como la cocaína, han comenzado a aparecer derivados del opio como la heroína.
Tengo la impresión que acciones de este tipo configuran en primer termino una responsabilidad criminal, por lo cual los autores, coautores, encubridores y participes necesarios deberían ser procesados; sin desplazar la reparación civil. No es procedente que semejantes acciones puedan ser arregladas tan solo con dinero, es poco prudente, como salirse de la regla de administración sana de justicia.