Por el cambio climático, en 30 años la frecuencia y la intensidad de olas más altas de lo normal afectará la vida en los atolones del Pacífico y del Índico.
El deshielo en los casquetes polares y otros fenómenos asociados al calentamiento global están subiendo el nivel de los océanos. El debate respecto de cuánto se elevarán los mares sigue abierto y se habla a menudo de centímetros, sin embargo, hay estimaciones que llegan a los dos metros a lo largo de este siglo. Esto implicará que en algunos casos las aguas invadirán terrenos costeros, los que suelen ser los más fértiles y dedicados al cultivo. Pero en el medio del Pacífico y del Índico habrá muchas islas del Pacífico cuya altura promedio sobre el nivel del agua es de apenas unos metros por lo que será improbable que puedan seguir siendo habitadas. Es el caso de las islas Maldivas, Kiribati o Tuvalu o de Roi Namur que a comienzos de marzo quedó inundada por una ola de seis metros que cubrió la isla, cuya altura promedio es de dos metros. La ola cubrió toda la infraestructura y volvió salino el acuífero que ya no es potable. El debate es sobre cuándo ocurrirá el fenómeno, si será a fines de este siglo o a comienzos del siguiente. Pero no hay dudas de que se materializará.
El problema, según un grupo de investigadores de EE UU, Países Bajos e India están, es que mucho antes estas islas ya no dispondrán más de agua potable y no podrán ser habitables. Los científicos pudieron comprobar que el aumento del nivel del mar amplifica el impacto de las grandes olas que superarán los arrecifes que normalmente suavizan los efectos del oleaje. Antes de la mitad de este siglo, con un aumento de un metro en el nivel del mar, Roi Namur sufriría el efecto de una alta ola, como la de marzo, al año.
Por lo general, las lluvias tendrían el efecto de volver a disminuir la salinidad de los acuíferos de estas islas al infiltrarse en los terrenos. Pero, con la reducción del régimen de precipitaciones es otro de los efectos del cambio climático que muestran los modelos de los meteorólogos, se torna improbable este efecto.
La mala noticia es que el atolón de Roi-Namur es uno de los más altos en el mundo. La mayoría de los otros atolones es de menor altura. En la lista de las islas expuestas a este peligro aparen los islotes de las Carolinas, las Islas Cook, pero también las islas Maldivas, Seychelles… y también las Hawái. La vida si no imposible se tornará muy complicada por los daños a sus infraestructuras, la pérdida de fuentes de agua dulce y la salinización de tierras dedicadas a la agricultura.
Por más que el actual presidente de los Estados Unidos quiera negarlo, no solo el cambio climático vino para quedarse, sino que ya está modificando la vida en varias regiones del planeta. Y se hace urgente reaccionar antes de que millones de personas paguen el costo de ese retraso en modo dramático.