Se trata de las conclusiones de un estudio que ha encontrado partículas de hollín en la placenta. La cuestión de la presión arterial en fetos y bebés.
Estudios científicos de la Universidad Hasselt demostraron de qué manera la placenta, el recién nacido y los niños se ven afectados por la contaminación ambiental sufrida por las madres a diferentes momentos del embarazo. Desde las 12 semanas de vida las partículas de hollín que se encuentran como contaminantes del aire, son capaces de traspasar la placenta desde el lado de la madre al lado fetal. Los bebés recién nacidos padecen de presión arterial más alta cuando la madre durante el embarazo estuvo expuesta a una mayor concentración de contaminación del aire. En edad temprana, la contaminación del aire influye también en los niños, en la función de la pared vascular.
Luego de los resultados de los estudios realizados, las consecuencias de la contaminación del aire en el feto, deben investigarse más a fondo. “Sabemos que la contaminación del aire es dañina y que el hollín puede ser cancerígeno”, señaló el Dr. Nawrot, uno de los investigadores. “Durante los embarazos, la contaminación del aire está relacionada con los nacimientos prematuros y un menor peso al nacer. Con esta investigación queremos descubrir más sobre cómo las partículas de hollín juegan un papel durante el embarazo”, añadió.
Se comprobó que las placentas estudiadas, no solo transporta al feto los nutrientes y el oxígeno sino también las partículas contaminantes como el hollín.
En las placentas de diez madres que estuvieron expuestas a un mayor grado de contaminación del aire durante el embarazo “encontramos una mayor concentración de partículas de hollín en la placenta”, dice el informe. A su vez, se encontró una mayor concentración de partículas de hollín en el lado fetal de la placenta que en el lado de la madre. Esto significa que las partículas de hollín se acumulan gradualmente en el lado del feto. El estudio del traspaso de contaminantes a través de la placenta quizás ayude a entender la relación de la contaminación ambiental en madres durante sus últimos tres meses de embarazo y el aumento de presión arterial en bebés.
Madhloum comparó la presión de los bebés nacidos aproximadamente al cumplir 3 días de edad. En los bebés de madres expuestas a altos niveles de contaminación durante el tercer trimestre del embarazo, estos tenían “una presión arterial ligeramente más alta”.
Todavía no está claro qué consecuencias tendrá esto para los niños en sus vidas posteriores, por lo que la universidad planea hacer un seguimiento a esta generación de recién nacidos. “Sabemos que un pequeño aumento de la presión arterial de 2-3 mmHg en la población adulta general aumenta el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular en un 7 a 10% en la población adulta a largo plazo”, dijo el académico. Aún no se sabe si la presión arterial más alta observada en los bebés de madres que sufrieron contaminación ambiental, causará un cambio temporal en sus cuerpos o mantendrá quizás la presión arterial afectada desde el nacimiento. “Por primera vez mostramos que los vasos sanguíneos también pueden ser menos elásticos en niños de 4 años debido al impacto de la contaminación del aire”.
Fuente: Ecoportal.net