La CiberTeología que propone Antonio Spadaro

La CiberTeología que propone Antonio Spadaro

Estamos viviendo en una época donde el uso de los medios de comunicación se ha incrementado, sobre todo las plataformas virtuales en ámbitos educativos o laborales, como consecuencia de la pandemia y cuarentena. Estamos en la era de las Telecomunicaciones y la iglesia también recorre este camino de calles digitales, quiere hacerse presente y anunciar la Buena Nueva a través de la red.

El pasado 16 de mayo, solemnidad de la ascensión del Señor, celebramos también la 55° Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Para este día el papa Francisco emitió un mensaje con el lema «Ven y lo verás» (Jn 1,46). Comunicar encontrando a las personas donde están y como son (Leer el mensaje).

Recordemos que en el Concilio Vaticano II, la iglesia promulgó el uso de los medios de comunicación con un decreto conciliar Inter Mirifica”, aunque ya existían algunos antecedentes como la encíclica de Pio XII Miranda Prorsus”, sobre el cine, la radio y la televisión (1957), otro antecedente es el motu proprio de Juan XXIII “Boni Pastoris”, sobre la atención de los pastores a los medios de comunicación. (1959).

En este deseo de acompañar la misión de evangelizar en el ámbito de los medios de comunicación, se celebró la 1° Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales en el año 1967 por impulso del entonces papa Pablo VI (Leer mensaje de esta jornada).

Hoy la iglesia quiere seguir acompañando y hacerse presente en esta realidad, hace unos años llegó a mis manos un libro con este título: “CiberTeología, pensar el cristianismo en tiempos de la red”. Me llamó mucho la atención el índice de este libro: 1- Internet entre teología y tecnología, 2- El hombre decodificar y el motor de búsqueda de Dios, 3- Cuerpo místico y conectivo, 4- Ética hacker y visión cristiana, 5- Liturgia, sacramentos y “presencia virtual”, y 6-Los desafíos teológicos de la inteligencia colectiva.

El autor de este libro es el padre Antonio Spadaro, sacerdote jesuita, director de la revista “La Civiltà Cattolica” y consultor del Consejo Pontificio de la Cultura y del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales.

Seguramente se nos ocurren algunas preguntas: ¿Qué es la CiberTeología?, con el avance tan acelerado de las plataformas de internet nos podríamos preguntar también, ¿Estamos en camino hacia una CiberTeología? A continuación quiero compartir con ustedes algunos párrafos de este libro, ya publicados también en la revista “La Civiltà Cattolica” en el año 2011, aquí encontraremos la respuesta a nuestros interrogantes:

¿Hacia una ciberteología?

La pregunta, a estas alturas, surge espontáneamente: si la tecnología —y, en particular, la revolución digital— modifica el modo de pensar las cosas, ¿no terminará por tocar también, de algún modo, la fe y su comunicación?

La tecnología logra expresar una forma de deseo de “trascendencia” en la condición humana. Y esto se aplica también a ese “espacio de comunicación que abre la interconexión mundial de las computadoras y de las memorias informáticas. “El ciberespacio subraya nuestra finitud […]. Refleja nuestro deseo de infinito, de lo divino”. Buscar tal plenitud significa, por tanto, actuar en un campo “en el que la espiritualidad y la tecnología se cruzan”.

El primer paso podría ser el análisis del lenguaje informático. Es fácil notar que hoy, al usar la computadora y los archivos de varios tipos empleamos palabras de claro origen teológico, como “salvar”, “convertir” o “justificar”. El doctor Richard Rouse, responsable del Departamento de Comunicación y Lenguajes del Pontificio Consejo de la Cultura, al presentar a la prensa la reciente asamblea plenaria “Cultura de la comunicación y nuevos lenguajes”, dijo: “Salvación, conversión, justificación. Tres palabras muy familiares para los teólogos, pero para los laicos ¿qué significan estas palabras? “Salvar” y “convertir” son simplemente dos ejemplos. Además de “justificar” podemos también agregar, por el desarrollo de las social networks, “compartir” y “comunidad”.

La cultura del ciberespacio pone, objetivamente, nuevos desafíos a nuestra capacidad de formular un lenguaje simbólico público que hable de los signos de la trascendencia de nuestra vida. El plano del lenguaje al que hemos hecho referencia es solo el primer nivel de reflexión. De manera más amplia: ¿cómo la cultura digital incidirá en el modo de hacer un discurso sobre Dios y sobre la fe, especialmente si ese discurso es específicamente católico? La reflexión hasta ahora ha estado centrada en la religión en Red en términos generales o en las “ciberreligiones”, en el “tecnoagnosticismo” y el “tecnopaganismo”. Se ha estado, por tanto, más atento a lo “religioso” que a lo “teológico”, con el consecuente riesgo de aplastar y homologar las identidades y las teologías específicas, si no son reducidas a un puro enfoque sociológico nivelador. Ciertamente, el hecho de que hayan nacido algunas formas de religiosidad virtual en Red es el epifenómeno de una mutación compleja y amplia en la comprensión de lo sacro. Sin embargo, no es suficiente detenerse aquí. La reflexión sobre la ciberteología ha comenzado, aunque sin certeza sobre su estatuto epistemológico. El término es poco usado y, a menudo, su sentido no es claro. En cambio, sí lo es la siguiente pregunta: si los medios electrónicos y las tecnologías digitales “modifican el modo de comunicar e incluso el de pensar, ¿qué impacto tendrán sobre el modo de hacer teología?”

¿Qué es la ciberteología?

Susan George ha recogido cuatro definiciones de ciberteología como propuesta para una posible comprensión. La primera definición la encuadra como teología de los significados de la comunicación social en los tiempos de Internet y de las tecnologías avanzadas. La segunda la entiende como una reflexión pastoral sobre cómo comunicar el Evangelio con las capacidades propias de la Red. La tercera la interpreta como el mapa fenomenológico de la presencia de lo religioso en Internet. La cuarta considera la Red como lugar de las capacidades espirituales. Se trata, como se ve, de una tentativa interesante, aunque inicial, de definir un campo de reflexión.

La teóloga inglesa Debbie Herring, por su parte, en el sitio cybertheology.net, que recoge racionalmente recursos y links, ha distinguido tres secciones: “teología en”, “teología del” y “teología para” el ciberespacio. La primera recoge materiales teológicos disponibles en Red; la segunda ofrece una lista de contribuciones teológicas al estudio del ciberespacio; la tercera consiste en reunir lugares en que se hace teología en Red (foros, sitios, mailing lists…). Estas distinciones son interesantes y aportan más claridad, enriqueciendo la reflexión.

La propuesta de Antonio Spadaro

Quizás ha llegado el momento de dar un paso más, buscando un nuevo estatuto, más preciso, para esta disciplina que parece tan difícil de definir. Debemos, por tanto, considerar la ciberteología como la inteligencia de la fe en el tiempo de la Red, es decir, la reflexión de pensar la fe a la luz de la lógica de la Red. Nos referimos a la reflexión que nace de la pregunta sobre el modo en que la lógica de la Red, con sus potentes metáforas que trabajan en el imaginario, puede modelar la escucha y la lectura de la Biblia, el modo de comprender la Iglesia y la comunión eclesial, la Revelación, la liturgia, los sacramentos: los temas clásicos de la teología sistemática. La reflexión es importante porque resulta fácil constatar cómo, cada vez más, Internet contribuye a construir la identidad religiosa de las personas. Y si esto es verdad en general, lo será cada vez más para los llamados “nativos digitales”. La reflexión ciberteológica es un conocimiento reflexionado a partir de la experiencia de fe. Es teología en el sentido de que responde a la fórmula fides quaerens intellectum. La ciberteología no es, por ende, reflexión sociológica sobre la religiosidad en Internet, sino fruto de la fe que libera un impulso cognoscitivo en un tiempo en que la lógica de la Red señala el modo de pensar, conocer, comunicarse, vivir.

Desafíos

Internet y la sociedad fundada en las redes de conexiones comienzan a poner desafíos verdaderamente significativos no solo a la pastoral —acogidos desde hace tiempo por la Iglesia— sino también a la comprensión misma de la fe cristiana, a partir de su lenguaje de expresión. La imagen que quizás muestra mejor el rol y la pretensión del cristianismo respecto a la cultura digital es la del “podador de sicomoros” que ofrece el profeta Amós (7,14) y es interpretada por san Basilio. El entonces cardenal Ratzinger, en su discurso al congreso “Parábolas mediáticas”, usó esta afortunada imagen para decir que el cristianismo es como un tajo en un higo. El sicomoro es un árbol que produce muchos frutos que no tienen sabor; son insípidos si no se los corta haciendo salir su jugo. Los frutos, los higos, por tanto, representan para Basilio la cultura de su tiempo. El Logos cristiano es un tajo que permite la maduración de la cultura. Y el tajo requiere sabiduría para que se haga bien y en el momento justo. En la cultura digital abundan los frutos por cortar, y el cristiano está llamado a cumplir una obra de mediación entre el Logos y la cultura digital. Y la tarea no carece de dificultades, pero hoy más que nunca es exigente. En particular, es necesario comenzar a pensar la Red teológicamente, aunque también la teología en la lógica de la Red.

Si te interesa seguir profundizando en este tema te invito a visitar el blog del padre Antonio Spadaro y sus redes sociales:

http://www.cyberteologia.it/

https://www.facebook.com/spadaro

https://twitter.com/antoniospadaro?s=20

https://www.instagram.com/antoniospadaro/?hl=es

También te recomiendo leer: “La transmisión de la fe en el mundo de las nuevas tecnologías” (XXXIIª Semana Argentina de Teología)

Y para más información sobre la Iglesia y las Nuevas Tecnologías te invito a visitar mi blog: www.tecnoevangelizacion.blogspot.com.ar

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  1. Estupendo artículo. La evangelización en las redes es un tema importante, que por desgracia ha ido quedándose relegado. Es necesario despertarlo y avanzar en su estudio y profundización. El libro “CiberTeología” es un referente. Un referente que necesita actualización. Es un libro del año 2012 y las redes han cambiado mucho desde entonces. Animo al autor del artículo a actualizar la antorcha que el P. Antonio Spadaro encendió hace casi diez años.

    Un saludo desde el sur de España

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