Prácticamente por unanimidad, la Cámara rechazó el proyecto de enmienda constitucional que pretendía habilitar nuevos mandatos presidenciales.
La Cámara de Diputados terminó por hundir el proyecto de enmienda constitucional para la reelección presidencial que desencadenó una crisis institucional en el país. El pleno del cuerpo rechazó en sesión ordinaria el proyecto aprobado por 25 senadores el pasado 31 de marzo durante una sesión colmada de irregularidades, convocada a espaldas de los otros 20 legisladores, fuera del recinto del Senado y violando el reglamento de la Cámara Alta.
Tras un largo debate, la Cámara votó por 78 votos a favor y una sola abstención archivar el proyecto. Incluso los legisladores a favor de la enmienda –luego del rechazo social aplicado a los 25 senadores que votaron por ella– terminaron por votar a favor de archivar el proyecto.
El proyecto que intenta habilitar la reelección del presidente de la República, había sido presentado en agosto del año pasado y por reglamento no puede volver a ser presentado antes de transcurridos 12 meses. Fue éste el argumento utilizado por la Cámara para desechar el proyecto. Sin embargo, el texto pretendía utilizar el proceso de enmienda constitucional, respaldada por un referéndum popular, para modificar la norma constitucional que impide que vuelvan a ejercer el cargo quienes hayan sido una vez presidente o vicepresidente de Paraguay.
El texto de la Carta Magna al respecto es claro y establece que, para este tema, el proceso utilizable es el de la reforma constitucional, para la cual se necesitan de mayorías especiales.
Claramente, la pretensión de habilitar el procedimiento de enmienda quiso sortear el obstáculo de conseguir los votos necesarios, dada la oposición de parte de las bancadas que, en modo transversal, se oponen a la reelección.
El actual presidente Horacio Cartes y el ex presidente Fernando Lugo, luego de la polémica sesión del Senado, a la que sucedieron hechos violentos que culminaron en la muerte de un activista político, tomaron distancia del proyecto. Cartes sostuvo que dará un paso al costado con sus pretensiones para un nuevo mandato, al tiempo que Lugo se manifestó en contra de la enmienda. Sin embargo, legisladores de sus propios partidos fueron los auspiciantes del polémico proyecto y la sesión irregular del Senado se realizó en la sede de la bancada del Frente Guasú, al que pertenece Lugo.
Llamativamente, ni Cartes ni Lugo –pese a representar el primero el oficialismo y el segundo a parte de la oposición– se pronunciaron para declarar nula la decisión del Senado. El dato es preocupante más por el futuro que por el presente. El proyecto queda archivado, pero no parece que quienes lo apoyaron captaron la gravedad de los hechos. Que incluso una importante mayoría tenga una determinada voluntad, no significa que se pueda acomodar lo que dispone la ley a dicha determinación. No comprender esto, es no comprender un principio fundamental para el estado de derecho.
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