Papa Francisco a los Jóvenes en Cracovia.
“No vinimos a este mundo a vegetar”, “no vamos a gritar ahora contra nadie, no vamos a pelear, no queremos destruir”. Pero “es muy triste pasar por la vida sin dejar una huella”, y Jesús, “el Señor del riesgo, del siempre más allá”, hoy nos llama, nos convoca, nos invita, a “cambiar el sofá por los botines, para jugar de titulares en la vida”. Y “nuestra respuesta a este mundo en guerra se llama: fraternidad”.
Son estos algunos de los conceptos que entregó el “Pedro de nuestros tiempos” a los jóvenes en la Vigilia de Oración, durante la Jornada Mundial de la Juventud Cracovia 2016, después de escuchar los testimonios de tres chicos provenientes de distintos países y diferentes realidades sociales.
Un mensaje cargado de la energía de un Pontífice en sintonía con la juventud de hoy, que con la sabiduría de Padre y Pastor de la Iglesia universal llama a cada uno de los jóvenes del mundo a animarse a ir por los caminos de la vida siguiendo la “locura de nuestro Dios”, ese Padre Misericordioso que “nos enseña a encontrarlo en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el enfermo, en el amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el prófugo y el emigrante, en el vecino que está solo”.
El Papa Francisco impulsó a los jóvenes a ir por los caminos de nuestro Dios que invita a cada uno a ser actores políticos, pensadores, movilizadores sociales, y que nos incita a pensar una economía más solidaria. En todos los ámbitos en los que ustedes se encuentren, – les dijo- ese amor de Dios nos invita llevar la Buena Nueva, haciendo de la propia vida un homenaje a Él y a los demás.
“Si tu no pones lo mejor de ti, el mundo no será distinto” les advirtió asimismo el Pontífice. Y a la vez que afirmó que el mundo de hoy sólo acepta titulares en la cancha, no suplentes, les explicó que esto no se refiere sólo a algunos elegidos, sino a todo aquel que escuche el llamado de Dios, porque, dijo, “los elegidos son todos aquellos que estén dispuestos a compartir su vida con los demás”. “La historia hoy nos pide que defendamos nuestra dignidad y no dejemos que sean otros los que decidan nuestro futuro”, y el Señor, quiere hacer que tus manos, mis manos, nuestras manos se transformen en signos de reconciliación, de comunión, de creación. Él quiere tus manos para seguir construyendo el mundo de hoy. “Él quiere construirlo contigo”. “¿Te animas?”.