Abrimos páginas buscando música, y nos topamos con una de esas noticias que nos dejan de a pie. Nos enteramos que el increíble músico, aerofonista, y compositor Jorge Cumbo, nos dejó el pasado 28 de octubre.
Jorge había nacido en La Plata, el 15 de diciembre de 1942. Fue un músico de fusión latinoamericana, de esos que pocas/contadas veces se logran. Integró el grupo Los Incas/Urubamba con el que realizó presentaciones de alcance mundial. Fue el primer director del Quinteto Vocal Tiempo. Lideró el Trío Cumbo con Gerardo Di Giusto y Ricardo Moyano. Formó el Dúo Juárez-Cumbo, junto al pianista Manolo Juárez, el Dúo Cumbo-Masliah con Leo Maslíah, y el inolvidable trío Cumbo-Vitale-González. Corría septiembre de 1982, y en el Teatro Sta. María, se presentaba el dúo de Jorge Cumbo y Lucho González, en aerófonos y guitarra Ovation. Quiso el destino que una de las noches, la amplificación del sonido estuviera a cargo de Lito Vitale. El sonidista pispeó que ahí podía llegar a terciar con su teclado como para recrear la música del continente americano. Aquella movida desembocó en un disco grabado entre julio y agosto de 1984 por estos tres músicos: Cumbo en quena y antara, Lito Vitale en piano Yamaha CP70, piano acústico y pedalera Moog, y Lucho González en guitarra Ovation y guitarra criolla.
Interpretando algunas composiciones ajenas -de Antonio Pantoja, de los hermanos Simón, de Ramírez y Luna- y varias propias, los tres instrumentistas que crearon esta maravilla se proponían trabajar la música folclórica argentina en clave contemporánea.
Es un disco de fusión, sobre una variante folklórica. Hay infinidad de variaciones imaginadas y creadas por este terceto de músicos talentosos que no se quedan en los clichés, sino que experimentan, y deleitan a su audiencia. Lo hicieron con un nivel de innovación tan alto, que no hubo de repetirse en los últimos 50 años.
La efectiva sensación de cercanía que plantea Cumbo en el disco es uno de sus rasgos definitorios. Texturas suaves, cortes sorpresivos, y climas mágicos, transportan a paisajes verdes, llanuras y soles ardientes con más efectividad que la de tantos músicos que se precian de ser “auténticos”.
Esta proximidad es un rasgo cumbiano, que forjó a lo largo de toda su carrera. Pruebas al canto con esta joya de la música, de la publicidad y del glamour.
Nadita nai nai, fue la pista 4 del disco Cumbo, grabado por el sello Microfón en 1977, con la producción del Nono Pugliese. Este tema, musicalizó una propaganda de L&M que recorrió el mundo, pero en su versión cantada en francés. Un acierto desde el punto de vista comercial.
Su disco Cañas y guitarras, editado por Epsa Music, también muestra el potencial enorme de este músico, que era algo ignorado por las radio.
Aquí junto a Luis Borda, en la Chamarrita del sauce.
Invitamos a visitar su página – https://8275xiw.wixsite.com/jorgecumbo, para redescubrir uno de esos artistas que se fueron, pero nos dejan una obra que nos hace mejores personas.
Aplaudimos el paso del gran aerofonista por esta vida, y sabemos que se fue a tocar a alguna nube.
¡Gracias Jorge!