Emprendedores que demuestran la compatibilidad entre sustentabilidad y rentabilidad.
Martha
Pedro Roisman estaba en la etapa embrionaria de su proyecto. La visión de un objeto que le acercó su abuela generó el empuje que le faltaba para plasmarlo. Su musa inspiradora fue una manta.
A Pedro le pareció que el diseño era interesante, y la transformó en otra prenda. El artículo fue muy bien recibido por el público.
Como homenaje a su abuela, decidió utilizar como marca de sus prendas, el nombre de su abuela: Martha. Desde 2014, lleva adelante su marca que busca conservar, limpiar y restaurar la Madre Tierra, inspirándose en la Patagonia.
En el proceso utilizan reciclado de botellas de plástico y descartes textiles. Las etiquetas de sus prendas contienen semillas para plantar y mejorar la huella de carbono.
Space Gurú
Todo comenzó a partir de la compra de una motosierra muy costosa, que se usó una sola vez, para luego quedar archivada por años en un cuartito. Este fue el puntapié de una iniciativa destinada a circular objetos en lugar de almacenarlos. Esto, sumado a la experiencia de Livia Armani y Felipe Herrera por haber trabajado en una empresa de e-commerce, donde se vendían remanentes de productos de marcas premium para evitar su descarte. Esta conjunción fue el origen de Space Gurú, proyecto de economía circular en donde la idea es que las personas vivan en ambientes más despejados y puedan rentabilizar, reutilizar y reciclar sus objetos, para extenderles su vida útil.
A partir de la idea todo sucedió velozmente. En 2019 se fundó esta startup, enfocada en solucionar problemas de espacio. “Al momento de salir al mercado las personas no entendieron la propuesta porque era demasiado nueva y compleja, por eso tuvimos que trabajar por etapas. Primero hicimos foco en el guardado, luego sumamos la posibilidad de donar las cosas a través nuestro a nuestros clientes; y ahora estamos entrando en la etapa de venta.”, resume Livia.
“La pandemia puso en evidencia los problemas de espacio que tienen todas las casas, obligando a repensar la acumulación innecesaria. ¿Qué hacemos con todas esas cosas que tenemos guardadas pero que hoy nos incomodan? Frente a este inconveniente surgen diferentes opciones. Lo primero es redefinir lo necesario, es decir, aquello que realmente utilizamos; y encontrar la mejor forma de acomodarlo de manera funcional. Y para ayudarlos surgen opciones innovadoras como una baulera on demand, que les permite despejar los ambientes y adaptarlos a su nueva multifunción”, agrega Armani.
Durante la pandemia, el mercado de guardado creció un 100%. El doble de personas se decidieron a guardar sus cosas, versus el mismo período del año anterior.