Al mismo tiempo se anunció que la Iglesia participará de un nuevo intento de diálogo político entre el Gobierno venezolano y la oposición.
Sorpresivamente y en medio de una gran reserva, anoche el Papa Francisco recibió en el Vaticano al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Pese a que no hubo mayores indicaciones del contenido de la reunión, la Santa Sede explicó que la misma guarda relación con la “preocupante situación de crisis política, social y económica” que vive el país sudamericano.
Además, Bergoglio convocó a Gobierno y oposición para que instalen “con valentía el camino del diálogo sincero y constructivo”. De hecho, el arzobispo Emil Paul Tscherrig, enviado papal al país, anunció poco después que el próximo 30 de octubre las partes se sentarán a dialogar en Isla Margarita. El anuncio fue realizado conjuntamente con la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la terna de ex-presidentes que ofician como acompañantes del proceso: José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Martín Torrijos, de Panamá; y Leonel Fernández, de República Dominicana.
En agosto el Vaticano había accedido a facilitar el proceso de negociaciones para alcanzar acuerdos que pongan fin al enfrentamiento político entre Gobierno y oposición que han polarizado el país en medio de una dura crisis económica. El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, informó mediante carta al secretario general de Unasur, Ernesto Samper, que la Santa Sede aceptaba intervenir solicitando para ello una invitación formal.
Anoche, el enviado del Papa a Venezuela para promover el diálogo, el arzobispo Emil Paul Tscherrig, anunció el inicio de esas conversaciones entre el Gobierno de Maduro y la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para el 30 de octubre.
En el comunicado emitido por la Santa Sede luego de que el Papa hablara con Maduro se menciona el interés de Bergoglio por “el bienestar de todos los venezolanos” y que la Iglesia “quiere continuar ofreciendo su contribución a la institucionalidad del país y cada paso que contribuya a resolver las cuestiones pendientes y a crear mayor confianza entre las partes”.
Bergoglio invita al diálogo sincero y constructivo “para aliviar el sufrimiento de las personas, en primer lugar de los pobres, y a promover un clima de renovada cohesión social, que permite mirar con esperanza el futuro de la nación”.
En 2013 la Iglesia ya había participado de un intento de diálogo entre las partes, que finalmente no alcanzó conclusiones sustanciales. Se espera esta vez conseguir más resultados concretos también para evitar que la tensión alcance niveles explosivos, en especial luego de la anulación de la recolección de firmas de ciudadanos para activar un referéndum revocatorio del mandato de Maduro, promovido por la oposición y mientras el Poder Legislativo, controlado por la oposición, intenta promover la destitución del presidente Maduro. Los miembros de la oposición no han especificado si la nueva iniciativa de diálogo invitará a deponer este propósito.