El opositor Juan Guaidó afirma que las fuerzas armadas lo apoyan en un levantamiento del que, en estas horas, no se conoce la real amplitud.
Habrá que esperar el pasar de las horas para comprender si la proclamación del presidente interno de Venezuela, Juan Guaidó, del fin del régimen chavista respaldada por un sector de las fuerzas armadas tiene o no arraigo en los sectores castrenses y puede cosechar una masiva adhesión popular.
Guaidó ha realizado su llamado desde una base militar, La Carlota, cercana a la capital, y ha afirmado que cuenta con el apoyo de los militares. Eso sería una novedad, pues si bien ha habido en estos meses casos de militares que se han rebelado a la autoridad del presidente Nicolás Maduro, éstos han sido esporádicos y rápidamente controlados por los altos mandos sin que el fenómeno se ampliara.
En la mañana, algunos uniformados han liberado al líder Leopoldo López, cuya prisión había sido conmutada en arrestos domiciliarios, y conducido a La Carlota desde donde está apoyando a Guaidó.
Por el momento, se registran algunas intervenciones de fuerzas de seguridad que han lanzado bombas lacrimógenas para despejar sectores en los que se habían concentrado civiles y militares. Es incluso posible que estemos ante una de las últimas cartas que Guaidó se juega, ya que hasta el momento más allá de del apoyo diplomático de 50 gobiernos, su autoproclamación como presidente no ha tenido mayores efectos internos y, con el pasar de las semanas, los entusiasmos en torno a su figura han ido mermando. Guaidó se juega su libertad y es difícil saber si cuenta con un apoyo más amplio en los sectores militares.
Hasta el momento, las fuerzas armadas venezolanas habían apoyado el régimen de Maduro. Hay vínculos importantes con las autoridades, que en estos años han favorecido la carrera de muchos militares, al punto de llegar a promover unos 2.000 oficiales al grado de general. Lo que contrasta por ser más del triple de los generales del ejército de los Estados Unidos, uno de los más poderosos y numerosos del planeta.
Las incógnitas son varias. La primera es ¿qué harán los militares? ¿Adherirán al llamado de Guaidó o respaldarán nuevamente al chavismo? Un segundo interrogante es qué puede ocurrir a nivel popular. Una salida masiva a la calle de la población podría inducir a los militares a participar del levantamiento al constatar la creciente impopularidad del régimen de Maduro. Algo similar ocurrió hace 45 años, precisamente el 25 de abril, cuando el régimen dictatorial de Portugal recurrió a los militares para frenar las protestas populares, pero finalmente el ejército no quiso usar la fuerza contra su propia gente, terminando por adherir a las protestas que terminaron con ese régimen autoritario. Fue una revolución pacífica, en la que la gente colocaba claveles en los cañones de las armas.
Sea cual fuera el desenlace de este episodio, la esperanza es que no termine en la violencia y, peor aún, en un conflicto entre venezolanos.
