El viernes 28 de Julio de 1865, un grupo de galeses desembarcó del velero Mimosa, en las costas del Golfo Nuevo, donde hoy se emplaza la ciudad de Puerto Madryn. Aquellos colonos eran 153 galeses venían en busca de una tierra que los recibiera, para poder desarrollarse, luego que llegaron a bordo de la nave Mimosa, traían los elementos indispensables para formar su hogar en la nueva tierra y algunos elementos para realizar trabajos agrícolas.
Los galeses buscaban una oportunidad y un lugar para practicar su fe, hablar su lengua, mantener sus tradiciones y ejercer plenamente sus derechos políticos.
Aquí, en la Patagonia encontraron ese lugar y esa oportunidad. Por su parte, los colonos contribuyeron con su presencia a afianzar la soberanía argentina en el territorio que por entonces comenzaban a ser apetecidas y reclamadas.
No la tuvieron fácil, pero su sabiduría fue la de una colonización absolutamente distinta a las conocidas en la región: lograron amalgamarse con el entorno y se fueron fusionando lenta, pero inexorablemente.
No quisieron imponer sus costumbres, y supieron cultivar relaciones fructíferas a lo largo del tiempo, pese a las dificultades gubernamentales, y a la mirada desconfiada de las autoridades por tener otro idioma y profesar otra fe. A Dios gracias, los tiempos están cambiando.
Antecedentes del asentamiento
La idea de una colonia galesa en Sudamérica fue impulsada por el predicador Michael Daniel Jones, un predicador galés que soñó “una nueva Gales más allá de Gales”. Jones pasó un tiempo en los Estados Unidos, donde observó que los inmigrantes galeses se asimilaban muy rápido a su nueva tierra y perdían su identidad galesa. Esto lo llevó a cranear una colonia basada en el idioma y las costumbres galesas, pero lejos de la influencia inglesa.
Para esto reclutó voluntarios, buscó financiación, y consideró la radicación de la colonia en lugares como Australia, Nueva Zelanda o Palestina. Finalmente se eligió la Patagonia debido a su aislamiento, sumado al conocimiento de la región, aportado por Tomás Falkner y Robert Fitz Roy. A esto, se sumó la oferta del gobierno argentino de donar 260 km² de tierras en la ribera del río Chubut, a cambio de colonizar la región.
Por ese entonces, ya existían colonias en Norteamérica y en Río Grande do Sur. En la primera, las costumbres galesas se habían ido perdiendo por la vigencia de los colonos ingleses. En Brasil, la mayor parte de los fundadores se habían dispersado debido a su oficio de mineros. Esto los disgregó, y la idea de la colonización fue perdiendo fuerza. De allí que la opción de la Patagonia fue cobrando mayor fuerza. A tal efecto, se creó la Comisión de Emigración de Liverpool.
Entre sus integrantes se encontraban Michael D. Jones, Lewis Jones y Hugh Hughes.
Hacia fines de 1862, Thomas Duguid y Lewis Jones viajaron a la Patagonia a fin de elegir el área más conveniente para los inmigrantes galeses.
En primer lugar, negociaron las condiciones de la colonia con el Ministro del Interior del gobierno argentino, Guillermo Rawson, para luego dirigirse al Sur. Los galeses presentaron un proyecto ante el Ministro Rawson, con el que buscaban crear una ciudad autogobernada por los propios galeses. Rawson rechazó el proyecto, ya que la Argentina no podía ceder su soberanía sobre la Patagonia. Tras semanas de negociaciones, los galeses cedieron en sus pretensiones iniciales y ambas partes llegaron a un acuerdo que establecía la creación de la colonia, que no sería independiente.
Parry se sumó a la comitiva en enero de 1863. Se embarcó, junto a Jones, hacia Carmen de Patagones, donde los esperaba Julián Murga, quien les proveería de caballos, provisiones y de guías, acatando las órdenes de Rawson. Continuaron su viaje en una goleta e inspeccionaron el Valle Inferior del Río Chubut, dando el visto bueno para el asentamiento de la colonia.
Tras regresar a Buenos Aires, firmaron el acuerdo con el gobierno argentino el 25 de marzo de 1863. La situación se debatió arduamente en el Senado y tuvo una firme oposición, porque se temía que los colonos no respetasen la religión oficial y destacaba la peligrosa cercanía con las Islas Malvinas, bajo dominio británico, sosteniendo que la Patagonia podía perderse a manos de extranjeros.
La resistencia fue tal que el proyecto fue rechazado. En septiembre de 1863, se informó al Comité de que el Congreso argentino se había negado a ratificar el acuerdo. El Comité decidió solicitar tierras en las mismas condiciones que los migrantes ordinarios, y Samuel Phibbs (representante argentino en Liverpool) fue enviado a Buenos Aires para discutir un nuevo contrato con el gobierno. En octubre de 1864, la Comisión recibió una carta de Guillermo Rawson, ministro del Interior, que ofrecía unos 100 acres de tierra a cada familia en el Valle del Chubut.
El arribo
El establecimiento permanente de los europeos en el valle del Chubut y áreas aledañas comenzó el 28 de julio de 1865 cuando 153 galeses arribaron a bordo del Velero Mimosa, a las costas del Golfo Nuevo en la actual Puerto Madryn.
Los viajeros del Mimosa eran 56 adultos casados, 33 solteros o viudos, 12 mujeres solteras, y 52 niños. Había muchos mineros, otros eran carpinteros, y unos pocos granjero. El desembarco trajo sorpresa varias, ya que muchos quedaron desencantados al descubrir que la región era un desierto semiárido que produciría pocos alimentos, y los informes refería que la región era similar a las llanuras de Gales.
Los colonos desembarcaron el viernes 28 de julio de 1865. Tal como estaba previsto dos de los delegados estaban esperando la llegada, sobre la playa habían construido algunas chozas, se veían algunos animales, vacas y ovejas que les habían dado para una subsistencia primaria.
En la costa había poca agua potable. La noche del lunes 31 de julio, los miembros del consejo de gobierno “Cyngor y Wladychfa” se reunieron para discutir sobre los siguientes pasos a tomar y decidieron que los hombres jóvenes saldrían primero y abrirían el camino hacia el valle.
Dividieron a los hombres en tres grupos, el primero de los cuales, dirigido por Edwin Cynrig Roberts, partió el 1 de agosto. El segundo grupo, en el que había carpinteros y albañiles, salió tres días más tarde, mientras que el tercero comenzó su viaje poco después. Mientras tanto, Lewis Jones embarcó de nuevo hacia Carmen de Patagones a bordo del Mary Helen con el fin de buscar víveres.
A principios septiembre, llegó el Mary Helen, acompañado del Río Negro, con un regimiento de soldados y caballos con destino al valle. Lewis Jones decidió que aproximadamente la mitad de las madres y sus hijos fuesen transportados a bordo del Mary Helen, bordeando la costa, hasta la desembocadura del río Chubut. Aunque, en principio, solo tardarían un día en llegar, el viaje acabó siendo una pesadilla para los pasajeros, ya que el barco se vio inmerso en una fuerte tormenta, demorándose quince días. Las condiciones físicas de los pasajeros eran penosas y estaban desesperados por conseguir agua o alimentos. Varias madres y sus hijos enfermaron de gravedad y algunos menores fallecieron. El Mary Helen regresó al Golfo Nuevo para recoger al resto de las mujeres y un segundo cargamento.
Una vez que llegaron al valle del río Chubut , su primer establecimiento era una pequeña fortaleza: el Caer Antur (del galés: Fuerte Aventura). La fundación oficial recién se llevó a cabo el 15 de septiembre de 1865, cuando se inició la distribución y construcción de las casas y calles, ante la presencia de Julián Murga y 16 soldados argentinos.
En la ceremonia de fundación izó la bandera argentina, seguida de la galesa y se firmó el documento que declaraba que el nuevo nombre de la localidad sería, en adelante, Pueblo de Rawson, y no Caer Antur. Tras esto, los colonos comenzaron a organizar sin demora su nueva comunidad. El objetivo principal era proporcionar un techo a cada familia, de modo que comenzaron a construir cabañas de adobe, juncos y cañas. Construyeron un almacén de madera en el que celebraban los servicios religiosos de los domingos y un sencillo edificio de madera que sería la escuela de la colonia.
Al mismo tiempo, el consejo de gobierno, Cyngor y Wladfa, comenzó a reunirse con regularidad y, al cabo de unos meses, tomó la decisión de que las granjas se debían repartir entre las familias.
La situación económica de la colonia fue difícil durante los primeros años, ya que los inmigrantes desconocían cómo cultivar la tierra y cómo criar el ganado, ya que en su mayoría eran mineros; además, las primeras casas fueron arrastradas por una creciente del río. Estas inundaciones también arrastraron cultivos de papa y maíz.
La colonia estaba aislada, rodeada por el mar y un árido desierto recorrido solo por dispersas tribus indias, por lo que la única comunicación posible con la ciudad de Buenos Aires y la más cercana Carmen de Patagones era por mar.
Consolidación
Los primeros pobladores se pusieron en contacto con los locales tehuelches casi un año después de su llegada. Luego de algunos años difíciles, comienzos de sospechas y una pequeña cantidad de la violencia, el pueblo tehuelche estableció relaciones cordiales con los galeses y ayudó con la solución de sobrevivir a la escasez de alimentos, mediante el trueque: los colonos adquirían carne de guanaco, choique, cueros, plumas, matos, etc. y los tehuelches, pan, telas, yerba, tabaco, harina, y les enseñaron a los colonos la caza de animales silvestres. Esta relación amistosa, es uno de los pocos ejemplos de convivencia pacífica en el Mundo.
Al intentar plantar los primeros cultivos, la escasa lluvia y las condiciones del árido suelo, provocaron que estas se perdieran y que los alimentos fuesen escasos. Esto generó disconformidad de gran parte de los colonos. A medida que la situación se iba haciendo cada vez más desesperada, algunos colonos decidieron que lo mejor era salir de allí y trasladarse a una zona más fértil, como la provincia de Santa Fe. Uno de los mayores defensores de esta idea fue el reverendo Abraham Matthews.
En el segundo año de la colonia, una nueva disputa surgió entre los inmigrantes con relación a la propuesta del presidente de la colonia, Lewis Jones, de empezar a comerciar guano. Una vez visto que el plan del presidente no aportaría beneficios al conjunto de la colonia, sino tan solo a una empresa que el propio Lewis Jones iba a crear, estallaron las protestas. Unos días más tarde, Lewis Jones perdió su cargo de presidente y abandonó Rawson para exiliarse en Buenos Aires. Otras siete personas, entre ellas el doctor Thomas Greene, también decidieron marchar. Mientras tanto, llegaron alimentos y William Davies fue elegido presidente. Igualmente, la idea de desplazarse a Santa Fe seguía ganando adeptos y finalmente ocurrió.21
Los colonos, encabezados por Aaron Jenkins, descubrieron que las tierras aledañas al Río Chubut (en galés, Afon Camwy, “río sinuoso”) solo son fértiles si eran regadas. Entonces, establecieron un sistema concebido por Rachel, esposa de Jenkins, que consistía en plantear la idea de la utilización sistemática de los canales de riego.
Hacia 1885 la producción de trigo alcanzó 6000 toneladas. El trigo producido por la colonia, obtuvo la medalla de oro en las exposiciones internacionales en París y Chicago.
Hacia 1874, se originaba el segundo poblado de la colonia en las orillas del río: Gaiman.
La desembocadura del río Chubut era difícil de navegar, por ser poco profunda y con bancos de arena cambiantes, y se decidió que se necesitaba un ferrocarril para conectar el valle del Chubut a Puerto Madryn en el Golfo Nuevo, en la parte sur de la península Valdés.
Lewis Jones fue la fuerza impulsora, y en 1884 el Congreso argentino autorizó la construcción del Ferrocarril Central del Chubut propiedad de Lewis Jones y Cía. El aumento de los fondos para el proyecto a nivel local fue difícil, por lo que Lewis Jones se trasladó al Reino Unido para buscar fondos, cuando se alistó la ayuda de Azhabel P. Bell, un ingeniero. Las obras del ferrocarril comenzaron en 1886, ayudado por la llegada de otros 465 colonos galeses en el Velero Vesta.
La ciudad que creció por ser la cabeza del ferrocarril fue nombrada Trelew (Pueblo de Lew) en honor a Lewis Jones. La ciudad creció rápidamente y en 1888 se convirtió en la sede de la Compañía Mercantil del Chubut.
El ferrocarril luego fue extendido hacia Gaiman en 1909 y posteriormente, durante la década de 1920, hacia Playa Unión y Las Plumas.
Expansión hacia la cordillera
A mediados de la década de 1880, la mayor parte de la buena tierra agrícola en el valle inferior del Chubut había sido ocupada, y los colonos montaron una serie de expediciones para explorar otras partes de la Patagonia para buscar más tierra cultivable y, también, encontrar oro.
En febrero de 1884, ocurrió en el valle de los Mártires, uno de los pocos cruces entre colonos y Tehuelches. Durante una travesía hacia los Andes, John Daniel Evans y su grupo, se cruzaron en el río Gualjaina con indios Tehuelches encabezados por el cacique Foyel. Los galeses decidieron dar marcha atrás y regresar al valle del Chubut, pero los indios los persiguieron hasta el sector del valle, cerca de Las Plumas, donde durante un ataque tres de los cuatro viajeros fallecieron. Evans logró sobrevivir, gracias a la acción de su caballo llamado Malacara.
En 1885, los galeses pidieron al gobernador del Territorio Nacional del Chubut, Luis Jorge Fontana, el permiso para organizar una expedición para explorar la zona andina de la provincia. Fontana decidió acompañar a la expedición en persona. A finales de noviembre de 1885 habían llegado a una zona fértil que denominaron en galés “Cwm Hyfryd” (Valle Hermoso). Este valle se convirtió en el lugar de otro asentamiento galés, llamado en castellano “Colonia 16 de Octubre”. A medida que la población creció aquí, las ciudades de Esquel y Trevelin fueron fundadas.
Esta zona se convirtió en el objeto de una disputa entre Argentina y Chile. Inicialmente, la frontera fue definida por una línea que une los picos más altos de la zona, pero más tarde quedó claro que esta línea no era la misma que la línea que separa las cuencas, con algunos de los ríos de la zona que fluye hacia el oeste. Argentina y Chile coincidieron en que el Reino Unido debía actuar como árbitro y los puntos de vista de los colonos galeses fueron escrutados. En 1902, a pesar de una oferta chilena de una legua de tierra por familia, votaron a favor de permanecer en Argentina.