Fraterno aislamiento

Fraterno aislamiento

Una reflexión dentro del confinamiento.

Guerra es un potente sustantivo femenino que da cuenta de una discrepancia entre naciones o bandos. Su establecimiento implica una lucha hostil entre los sectores involucrados. Es una mirada etimológica, claro está. Las palabras dicen mucho.

El coronavirus es una enfermedad infecciosa que se disemina velozmente dentro de la población, expandiéndose con gran velocidad y en número de afectados. Estamos viviendo una pandemia, vocablo que proviene del griego y significa reunión del pueblo. Claramente para evitar la diseminación del virus, se deben evitar todo tipo de reuniones entre personas, por el peligro de contagio. No es que el virus esté “apuntando maliciosamente” hacia los seres humanos, simplemente busca expandirse urbe et orbi.

Lo graficamos con este cuadro que da cuenta de la aparición del término “pandemic” en publicaciones escritas en inglés desde 1900 a 2012. Al menos dentro del vocabulario, es un término que quedó instalado desde principios de siglo.

Volvemos al coronavirus cuyo gráfico es el siguiente dentro del mismo período.

Además de la prensa y los medios, estos gráficos invitan a tomar todas las medidas pertinentes por las autoridades sanitarias para evitar la infección y su propagación.

Queda como tarea pendiente analizar estos gráficos no solo hasta 2012, sino hasta la década en curso, pero los datos no están (aún) disponibles.
Es una situación novedosa, que encierra una amenaza letal. No en vano esta pandemia logró quebrar el orden mundial. En menos de dos semanas, nuestras costumbres se modificaron provocando una pausa universal. Estamos transitando este período de cuarentena, de confinamiento, para evitar la infección y desde ya su diseminación. Este comportamiento lejos de un enfrentamiento entre las personas, ha logrado en gran parte de la población muestras infinitas de cuidado recíproco.

Varios han tomado conciencia que es un momento tan novedoso, que exige repensarnos como seres humanos en términos colectivos, dotados de una fragilidad absoluta.

Hay un llamado implícito a colaborar entre nos y seguir atentos a las novedades que se irán desencadenando. 

Destacamos la actitud de infinitas personas que silenciosamente hacen su trabajo a diario, produciendo alimentos, formando parte de la cadena de consumos esencias. Los que abren sus pequeños comercios, los servicios de entrega a domicilio, las fuerzas de seguridad, el sector de salud, los medios de comunicación que informan sin saturar, y los vínculos que se van forjando dentro de los edificios.

La invitación es la de seguir formando comunidades capaces de fortalecer vínculos, pese a la distancia física. El trabajo a distancia/teletrabajo nos da la pauta que muchas cosas se pueden lograr, con pocos implementos. Que la tecnología nos acerque, en vez de saturarnos.

Personalmente dudo que sea una guerra, sino un virus que nos interpela y nos deja pensando sobre el valor de la vida, y el accionar de nuestra sociedad.

Seguiremos en el ASPyO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio), aislados pero a un click de distancia cada vez más cercano.

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