Franco Battiato: un artista que unió a Italia toda

Franco Battiato: un artista que unió a Italia toda

El compositor y musipoeta Franco Battiato nos legó toda su obra. Partió el martes 18 de mayo, en su Sicilia natal. ¡Qué no hizo este artista de n facetas:  músico, escritor, guionista, y pintor! El sabio Franco fue un cultor del bajo perfil, máxime en sus últimos años, donde vivió rodeado de sus libros y amigos.

Su trayectoria pateó el tablero de la música italiana, y se ocupó de aglutinar a las clases bajas y altas con sus composiciones. A lo largo de toda su vida buscó el centro de gravedad permanente. Damos fe que hubo de encotrarlo.

Trayectoria

Triunfó en el pop, ganó en San Remo, y creó un sonido provenientes de la música experimental y la improvisación a base de sintetizadores. Su música surgía de las profundidades del sonido experimental y el rock progresivo. Ganó el premio del compositor en 1977 con el disco L’Egitto prima delle sabbie.

De las influencias del sonido dodecafónico, surgieron discos como Fetus (1971), Pollution (1972) o Sulle corde di Aries (1973), piezas reeditadas que suelen pasar desapercibidas entre los hits de los ochenta y los noventa, que son tesoros para los coleccionistas.

Franco fue intuitivo, aprendió armonía y a tocar el violín por recomendación del propio Stockhausen; un tiempo en el que se obsesionó con la tecnología, y tuvo un metejón enorme con el VCS 3, sintetizador analógico que solo usaba en aquella época David Gilmour en Pink Floyd.

Battiato fue el primer artista italiano que vendió un millón de copias con La voce del padrone (1981). Desde aquel entonces se convirtió en un cuerpo extraño de la música capaz arreglar una sobremesa familia que terminaba en el salón de casa convertido en una pista de baile: “È gira tutto intorno alla stanza mentre si danza”, tal como invitaba en Voglio vederti danzare (L’arca di Noe, 1982). También unía en el mismo concierto a padres e hijos que a veces poco hablaban. Franco los conectaba desde lo más profundo de su música y establecía ese centro de gravedad y armonía.

El acercamiento a su arte se puede hacer a muchos niveles: instintivo, epidérmico, intelectual, religioso, de estudio del sonido, de la manera de cantar como en el álbum de versiones Fleurs Es poco usual encontrar a un artista que pueda ser saboreado, entendido y adorado por un público tan diverso.  Hablaba muy poco de sí mismo, no era cultor del maldito autorreferencialismo. Respondía con magnífica ironía a las consabidas e insulsas preguntas indiscretas.

En Torneremo ancora, grabado con la Royal Philharmonic, el único tema nuevo preanunciaba algo en su letra:

La vida no termina.
Es como el sueño.
El nacimiento como el despertar.
Hasta que no seamos libres,
regresaremos otra vez”.

¡Grazie mille Franco!

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