Europa vive días de agobio azotada por una ola de calor similar a la de 2003, cuando las altas temperaturas provocaron unos 30.000 fallecimientos.
La ola de calor abrasador que se ha abatido sobre Europa, está haciendo registrar temperaturas récord. Francia alcanzó este viernes su máximo histórico de altas temperaturas con 44,3 grados centígrados registrados en Carpentras, localidad ubicada al sur del país y que se encuentra en alerta roja.
Los 44,3 grados fueron detectados a las 13:48 hora local, por lo que no se descarta batir nuevas máximas conforme avance el día. Este episodio está considerado por las autoridades “excepcional” por su intensidad y por su precocidad para junio.
El récord precedente se registró el 12 de agosto de 2003 en la región sureña de Gard, llegando hasta los 44,1 grados. En ese entonces, la ola de calor provocó en el país cerca de 15.000 muertos, al tiempo que se estima que otros tantos fallecieron en varios países, como Italia y España. En ese entonces, Londres registró el récord histórico en alta temperatura alcanzando los 38 grados. Los ancianos y los niños son particularmente vulnerables al calor extremo, por lo que se recomienda prudencia, no exponerse al Sol en las horas de mayor calor e hidratarse oportunamente.
Los servicios meteorológicos franceses anunciaron la activación por primera vez de una alerta roja por calor en cuatro regiones del sureste, incluido el de Vaucluse, donde está Carpentras, donde se podría llegar a los 45 grados.
La ola de calor llevó a que este viernes unas 4.000 escuelas cerraran o modificaron sus horarios para una acogida de los alumnos “adaptada o de urgencia”, según indicó el primer ministro, Édouard Philippe.
El calor y las altas presiones han provocado igualmente que la contaminación haya alcanzado niveles elevados en muchas ciudades francesas, donde entró en vigencia medidas de restricción vehicular en París, Lyon, Marsella, Estrasburgo, Grenoble y Annecy.
El calor que ahora agobia el Viejo Continente, sigue a un insólito frío que duró hasta entrado el mes de junio. Ese fenómeno se debió a una masa de aire cálido que estacionó en la región Ártica, elevando en modo inusual la temperatura y desplazando hacia el sur el aire frío. Ambos fenómenos están siendo analizados para comprender si son producto de los cambios climáticos en curso o si se trata solo de algo circunstancial.
