Junto con la renovación de las Cámaras, se votó por las internas que definieron los candidatos de las presidenciales del próximo 27 de mayo.
Colombia ha celebrado ayer las elecciones legislativas y las internas para definir a los candidatos para los comicios presidenciales que se llevarán a cabo el 27 de mayo. Por un lado, queda marcada la polarización ideológica entre la derecha del Centro Democrático (vinculado al ex presidente Álvaro Uribe) y la izquierda. A la vez, quedan con mayores chances de suceder al presidente Juan Manuel Santos, el candidato uribista Iván Duque, y Gustavo Petro, ex alcalde de Bogotá. Ambos han superado holgadamente a sus adversarios en las internas. Duque ha conseguido el apoyo del 67% de sus correligionarios; Petro, el 85%.
El cuadro de las dos Cámaras, con casi la totalidad de las boletas escrutadas, señala una elevada fragmentación de los partidos representados. El dato más novedoso es que las FARC no consiguieron bancas y deberán conformarse con los 5 escaños que el acuerdo de paz les reservó en el Senado y otros tantos en Diputados. El nuevo partido apenas pudo rondar el 1%.
Petro, exalcalde de Bogotá impulsado por un iscurso antiestablishment. Al mismo tiempo, el reparto del Senado, la cámara nacional, evidencia una fragmentación del mapa político que indica que los colombianos buscan comenzar una nueva etapa. Duque consiguió más de cuatro millones de votos y el 67,7% de los apoyos en las internas. Será el candidato de la alianza sellada entre Uribe y el también exmandatario Andrés Pastrana. Petro fue respaldado por 2,8 millones de votos e internamente consiguió 2,8 millones de votos.
Los dos se medirán en las presidenciales con el ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo, el antiguo número dos de Santos, Germán Vargas Lleras o Humberto de la Calle, que encabezó las negociaciones con las FARC en La Habana. Las candidaturas de estos dirigentes ya estaban formalizadas y no tuvieron que pasar por una consulta interna.
Duque y Petro, con planteamientos antitéticos, representan el clima de polarización en el que algo más de 17 millones de electores, menos de la mitad del censo, acudieron a votar. El primero, trabajó como consejero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, considera que Colombia debe hacer frente a la prioridad de la recuperación económica. No es partidario de dar marcha atrás con los acuerdos de paz con las FARC, aunque sí modificaciones importantes. “No queremos que a nuestro país lleguen las tentaciones del autoritarismo populista que arruinó a Venezuela”, proclamó, aludiendo a la supuesta cercanía de Petro con el chavismo.
El exalcalde de Bogotá se ha beneficiado hasta ahora de la confrontación con Uribe y la maquinaria tradicional. Su proyección se debe en buena medida al hartazgo de amplios sectores de la sociedad con las clases políticas tradicionales, los casos de corrupción, la desigualdad y las reglas de juego del sistema económico. El candidato de Colombia Humana ha canalizado un descontento que va más allá de las discrepancias en torno a los acuerdos con la guerrilla, uno de los factores que ha dominado la política colombiana en los últimos años. “A partir de estos datos, creemos que podemos ganar la presidencia de la República”, afirmó en Caracol Radio tras conocer los resultados.
No obstante, no todo está escrito. De alguna manera, la verdadera campaña electoral comienza esta semana. Sergio Fajardo, apoyado por el Partido Verde y el Polo Democrático, es otro de los candidatos con posibilidades. Manifestó su intención de mantenerse al margen de ese choque. “Hoy Colombia debe escoger entre tres caminos: el de Duque y Petro, el del miedo y la revancha, o el de Fajardo y la mayoría de colombianos, el de la esperanza”, consideró este aspirante, que hace hincapié en un discurso de reconciliación nacional. También De la Calle apeló al consenso de las voluntades democráticas: “Tenemos la responsabilidad de buscar una unión democrática, que permita un cambio seguro. Una Colombia unida no puede estar obligada a estar dividida entre dos extremos, no puede estar obligada a elegir por miedo”.
Escasa la bancada que consigue Petro en el Senado. Apena 4 legisladores, resultado que señala que el apoyo a su agrupación se centra en su persona. El Centro Democrático, en cambio, obtiene 19 lugares, seguido por Cambio Radical, la formación controlada por Vargas Lleras que obtuvo 16, mientras que 15 senadores consigue el Partido Conservador. El Partido Liberal aguanta y lograría 14 asientos, los mismos que la Unidad Nacional, la coalición que sostiene el Gobierno de Santos. Los verdes suben a 10 escaños y el Polo Democrático se quedaría con 5, como las FARC que no logra ningún escaño más.