Tres ex colaboradores suyos han confesado haber ayudado al primer ministro de Israel de conceder favores a medios de comunicación y recibir lujosos regalos.
La campaña electoral en Israel, en vista de los comicios del 9 de abril, se vuelve intensa y no solo por razones políticas. El primer ministro Benjamín Netanyahu está siendo presionado para renunciar antes de tiempo debido a los escándalos por corrupción que lo presentan como corrupto y corruptor. Tres ex colaboradores suyos han pactado con la justicia a cambio de beneficios legales que le evitan terminar encarcelados. Los tres casos investigados por la justicia documentan que Netanyahu ha favorecido ciertos medios de comunicación, entre ellos el diario de mayor tirada en el país, a cambio de presentar en modo benévolo la acción de su gestión. También se acusa al primer ministro de haberse beneficiado de costosos regalos tanto él como su familia. Cohecho, fraude y abuso de poder son las acusaciones que documentan los intereses espurios del líder del partido Likud en el gobierno desde hace 13 años. De paso, sus colaboradores, un jefe de gabinete, un vocero, un abogado que lo asesoró, pudieron beneficiar sus empresas o sus intereses aprovechándose del tráfico de influencias que le permitió su cercanía con el poder.
Las acusaciones están agitando la campaña electoral en la que el grupo opositor de centro, Azul y Blanco, encabeza los sondeos. La intención de voto estaría asignando al nuevo grupo político 37 de los 120 escaños del parlamento israelí, que es unicameral. El derechista Likud se mantiene en torno a los 30 escaños al tiempo que la centroizquierda también puede conseguir unas 30 bancas. A futuro es muy posible un gobierno de centro derecha, pero con Netanyahu en su casa enfrentando la justicia.
En los últimos años varios escándalos han llevado a los máximos cargos del país a sufrir el peso de la ley. El ex presidente Moshe Katsav purga una pena por violación, el ex primer ministro Ehud Olmert fue condenado por corrupción pasando en la cárcel un año y dos meses.
Político hábil y dotado de gran determinación, Netanyahu también puede jugar la carta de resistirse en el poder dilatando el trámite de la presentación de sus descargos, ganar las elecciones y modificar la ley para dotar su cargo de inmunidad legal. Pero en ese caso el desgaste político podría ser muy grande. También porque las grabaciones presentadas por los “arrepentidos” son demoledoras de su figura. El desgaste ya ha comenzado hace tiempo y no es solo político.