En Italia fracasa la propuesta de reforma constitucional

En Italia fracasa la propuesta de reforma constitucional

Casi el 60 por ciento de los votantes se opusieron. El jefe de Gobierno, Matteo Renzi, presenta su renuncia ante el resultado adverso al proyecto de modificación de la Carta Magna. Votó el 69 por ciento de los electores.

Con un rotundo 59,8 por ciento a favor del “no” frente al 40,1 que votó por el sí, los italianos rechazaron la propuesta de reformar 47 artículos de la constitución en un referéndum tan teñido de significados políticos que el fracaso acarrea la renuncia del jefe de Gobierno Matteo Renzi. Casi el 70 por ciento concurrió a las urnas para votar.

En efecto, Renzi había combinado la propuesta refrendaria a una suerte de plebiscito sobre su gestión, un error de cálculo por lo visto dado el resultado. Siguiendo la praxis constitucional, Renzi deberá presentar su renuncia en manos del presidente de la República, Sergio Mattarella, quien, siguiendo el esquema parlamentarista deberá optar entre formar un nuevo Ejecutivo o convocar a nuevas elecciones. Se especula que el nuevo Gobierno podría estar formado por técnicos encargados de concluir la legislatura y tramitar una nueva ley electoral que permita competir a los partidos con mejores reglas del juego y superar el actual y controvertido sistema. Pero tampoco se excluye que se consiga nombrar a otro jefe del Ejecutivo elegido entre los miembros del PD, la agrupación de la que Renzi es además secretario.

La consulta constitucional, en la sustancia, incrementaba los poderes del jefe de Gobierno, eliminaba el Senado, pero conformando una Cámara Alta con base en un centenar de intendentes locales y representantes de las 20 regiones, especializada sobre algunos temas. En realidad, el mecanismo apareció complejo e intrincado incluso para quienes conocen en materia de derecho constitucional. También se terminaría con las inútiles provincias, una repartición administrativa fuente de distribución de sillones con poca utilidad pública, y el superado Consejo de Energía y Trabajo.

Sin embargo, la propuesta no pareció ni clara ni fuente de un efectivo ahorro del costo de la política. En Italia, para administrar los 300.000 km2 de territorio y los 60 millones de habitantes, hay casi 1.000 legisladores nacionales, más de 900 legisladores de las veinte regiones, más casi 8 mil consejos comunales y un centenar de consejos provinciales. Es una cantidad enorme de administradores locales, a los que se agregan los ejecutivos locales y el personal asignado y ha habido muy poca voluntad política de reducir los privilegios que se autoasignan los legislativos. Al punto que en Italia se le llama directamente “casta” a los legisladores.

Escribe acertadamente el director de la revista italiana Cittá Nuova. “El punto débil de Renzi, según entienden muchos observadores, ha sido su ‘solipsismo’, el deseo de luchar contra todos para aparecer como el salvador de la Patria. Sin embargo, desde hace tiempo terminó el tiempo de los ‘ungidos por el Señor’… Es el tiempo de la concordia y de compartir en nuestras sociedades complejas que necesitan de respuestas complejas”.

El personalismo de Renzi permite un nuevo cambio de Gobierno que los italianos no necesitaban. Uno de los muchos, ya que en 70 años de democracia el próximo será el Gobierno número 64. Un promedio que dice mucho de la conflictividad política de los peninsulares, muy poco acorde con la necesidad que tiene el país de acomodar sus instituciones a los tiempos actuales, a la necesidad de mayor eficiencia y eficacia administrativa, y a la construcción del bien común.

 

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  1. Pierluigi Baschieri 6 diciembre, 2016, 20:24

    Cloro Como El sol!
    Necessitamos leer la prenda exterior para comprender lo que pasa realmente en Italia!

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