El protagonista de este domingo fue sin embargo el abstencionismo: apenas un tercio de los chilenos habilitados fue a votar.
Las elecciones municipales que este domingo se realizaron en Chile serán recordadas por el alto nivel de abstención, que alcanzó el 65 por ciento, lo que confirma el divorcio entre buena parte de los chilenos y la política. Apenas un tercio de los más de 14 millones de ciudadanos habilitados para sufragar, el 34,87 por ciento concurrió a las urnas, es decir, algo más de 4.920.000 votantes.
Las reacciones a esta cifra no se dejaron esperar desde distintos sectores, incluida la Presidenta Michelle Bachelet, quien sostuvo que “la fortaleza de nuestra democracia está afectada” por este alto índice de abstención. También ex presidentes como Sebastián Piñera y Ricardo Lagos indicaron en el abstencionismo un desafío para la democracia. “Todos hemos sido castigados”, sostuvo Lagos.
El resultado volvió a abrir la discusión sobre regresar al voto obligatorio que comenzó a regir en las Municipales de 2012 cuando se dejó atrás la obligatoriedad de ir a sufragar y se instauró la inscripción automática.
Aunque por un estrecho margen, la agrupación opositora de derecha Chile Vamos supera en preferencias de sus candidatos a alcaldes a la coalición oficialista Nueva Mayoría y se adjudica cinco comunas emblemáticas: Santiago, Maipú, Puente Alto, Providencia y Ñuñoa. En total, la oposición alcanza el 38,59 por ciento de los votos contra un 37,09 por ciento de la alianza gobernante de centro izquierdo. Eso implica que las alcaldías en manos del oficialismo hayan pasado de 160 a 147. En cuanto a consejales, en cambio, la Nueva Mayoría conserva una amplia ventaja con el 47,21 por ciento versus un 39,72 por ciento de la oposición.
Emblemático el triunfo Jorge Sharp del Movimiento Autonomista en la segunda ciudad del país, Valparaíso, donde la agrupación de izquierda se impuso sobre la agrupación UDI, en el gobierno municipal desde 2008, y también sobre el candidato de la Nueva Mayoría. Sharp obtuvo el 53 por ciento de los votos versus el 22 por ciento alcanzado por cada uno de sus adversarios. El dato indica que la Nueva Mayoría es superada por izquierda por una figura nueva no vinculada a los tradicionales manejos del sistema.
Este último resultado contrasta también con el de otros pactos alternativos a los dos más grandes (Nueva Mayoría y Chile Vamos), el mejor posicionado es el que integra el Partido Progresista de Marco Enríquez-Ominami, que apenas alcanza un 1,94 por ciento.
Es muy posible que el mal resultado de la Nueva Mayoría deba atribuirse a los traspiés sufridos en la gestión de Bachelet, como los escándalos por la financiación ilegal de los partidos, que han involucrado a destacadas figuras de la coalición y la mala gestión de algunos entes públicos como el Servicio Nacional de Menores. Otro golpe a la imagen del Ejecutivo ha sido el error en el Registro Civil, conocido a un par de semanas de las elecciones, por el que se le cambió sin avisar la mesa de votación de unos 480.000 electores, en algunos casos ubicándola en otra comuna y a incómodas distancias.
