La ciudad liberada de la guerrilla yihadista ha vuelto a celebrar la Navidad en medio de los esgombros. El ejército regular sirio considera segura la ciudad.
Luego de cuatro largos años, en Alepo volvió a celebrarse la misa de Navidad y se volvieron a oír las campanas. “Es un sueño que se ha hecho realidad”, la gente está de fiesta y éste es “el mejor regalo que jamás imaginamos”, expresó el sacerdote franciscano Alsabagh Ibrahim, párroco de la iglesia latina de Alepo, en declaraciones a la agencia AsiaNews. Tan pronto como recibieron la noticia de que el Ejército sirio tomó el control total de la ciudad y que el último grupo rebelde había abandonado la zona, cuenta el sacerdote, los que todavía tienen las campanas las hicieron sonar durante mucho tiempo por la alegría. La vigilia de Nochebuena, cristianos e islámicos de Alepo se congregaron para festejar juntos la liberación de la ciudad.
“Después de largas negociaciones -señaló el padre Ibrahim- los grupos militares entregaron sus armas, y vinieron desde el este de la ciudad. Ahora el Ejército considera segura la ciudad”.
“Sólo Dios podía hacer [que sucediera], le pedimos este regalo y nos escuchó. ¡Magnificat anima mea!”, enfatizó.
El jueves pasado el Ejército sirio tomó el control total de la ciudad , la segunda de Siria en tamaño y en importancia económica y comercial del país. El último grupo rebelde, atrincherado en un enclave, entregó sus armas y huyó de la zona.
En una declaración, los militares informaron de que “la seguridad ha vuelto a Alepo” y se dio un “golpe mortal” a las milicias rebeldes y yihadistas. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) confirmó que “todos los civiles que querían evacuar lo han podido hacer, así como los heridos y los combatientes”. De a miles, los habitantes están regresando tratando de rescatar lo posible y comenzar a reconstruir lo destruido.
Alepo estaba partida en dos desde el verano de 2012: el occidental, donde vivían alrededor de 1,2 millones de personas, en manos de ejército sirio y el este, controlado por los grupos yihadistas, que sumaban hasta 250 mil personas y durante meses en condiciones de asedio. Entre los grupos presentes, varios, como Al Nusra que se indentifican con Al Qaeda, al menos hasta hace poco, y el Isis. Los yihadistas han atacado durante años todos los sectores, provocando víctimas civiles sin que la prensa internacional informara al respecto. Sólo desde el comienzo de la ofensiva para liberar la ciudad, los medios han acusado al gobierno sirio de provocar bajas civiles, en un claro doble criterio que no contempla la misma acusación en Mosul (Iraq) donde también la coalición que lideran los EEUU trata de liberar la ciudad sitiada por el Isis.
El fin de los combates es “el fruto de las oraciones de los niños por la paz”, dijo el padre Ibrahim, que recordó que “hemos experimentado en cinco ocasiones la Navidad con el signo del sufrimiento de Alepo”.
Con motivo de las fiestas de Navidad, la parroquia latina de Alepo hizo un vídeo con testimonios del párroco y algunos niños y niñas de la comunidad, en árabe, inglés y francés. Una niña llamada Christie dice: “Yo rezo para el final de la guerra, que mis amigos vuelvan y que la paz se mantenga en nuestros corazones y en nuestros hogares”. Un compañero agradece la generosidad de los que han ayudado a las familias de Alepo víctimas de la guerra y espera “vivir buenas fiestas”. La primera Navidad, después de tantos años, sin el eco de la guerra de fondo.
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