El voto útil

El voto útil

Después de las PASO y de cara a las elecciones definitivas de octubre.

Pasaron las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y, además de un sin fin de lecturas y análisis sobre los resultados, se instaló una polémica que ya es un clásico en la política Argentina: “el voto útil”.

Ahora bien, ¿qué es el voto útil? Leemos y escuchamos a importantes analistas políticos debatir en los grandes medios de comunicación acerca de este fenómeno que mantendrá en vilo a la sociedad hasta los comicios generales del mes de octubre.

Para “unos”, el voto útil es elegir entre los “principales” candidatos. Dos opciones, no hay más. Es decir, por aquellos que los propios medios de comunicación, empresas con fines de lucro, eligieron para ponerlos en el centro de escena dotándoles de espacios en sus programas televisivos, páginas en sus diarios y minutos en sus radios. En tanto, para “otros” la utilidad (o no) de los votos será dada por, justamente, decirle no a esa polarización y optar por una alternativa distinta.

Por supuesto, en la primera opción se encuentran el oficialismo, Cambiemos, y el Kirchnerismo, ahora reconvertido en Unidad Ciudadana. Mientras que en el segundo grupo se encuentran Massa y Stolbizer (1País), Florencio Randazzo (PJ-Cumplir) y el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT).

Lo cierto es que la utilidad del voto estará dada por el simple hecho de concurrir a las urnas y votar. Al menos así lo establece y lo determina nuestra democracia. Todos debemos cumplir con nuestra obligación de votar, de elegir, y ejerciendo ese derecho ya estamos siendo útiles al sistema democrático.

Los argentinos hemos demostrado, una vez más, que mientras los medios de comunicación y las encuestadoras realizan sus propias campañas, de acuerdo a sus intereses, los que ingresan al cuarto oscuro son los votantes, personas con historias de vidas e ideologías diferentes, quienes ejercen el voto.

¿Qué determina que es más útil votar a un candidato (o espacio político) que a otro? O, mejor dicho, la pregunta debería ser: ¿para quién es más útil? Una persona es igual a un voto. Es individual. Por ende, no existe el voto inútil. Cualquier elección tiene la misma validez mientras sea realizada por una persona. Al menos así lo determina nuestra joven democracia.

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