La Cámara Alta emitió una resolución que responsabiliza al príncipe saudita Ben Salman del asesinato de un periodista crítico del régimen.
El presidente Trump quedó en minoría en el Senado de los Estados Unidos, donde hasta el momento su gestión era apoyada por la mayoría de los senadores. La Cámara Alta acaba de retirar el apoyo a Arabia Saudita en su conflicto con Yemen por 56 votos contra 41. El hecho es más político que práctico, porque la Cámara Baja estará inactiva hasta enero, pero la diferencia es que en las elecciones de noviembre Trump había perdido el control de los representantes por tanto es muy posible que también en esta rama del Congreso el apoyo a los sauditas sea retirado.
Por otro lado, los senadores emitieron una resolución no vinculante que – contradiciendo al presidente – indica al príncipe heredero saudita, Bil Salman, como responsable del asesinato del periodista Jamal Kashoggi, muerto en un consulado saudita en Turquía, cuyo cadáver fue desaparecido por un núcleo de agentes de inteligencia que se trasladaron a ese país para eliminar a un incómodo crítico del régimen. Pero el problema es que Kashoggi era también columnista del Washington Post y residía en los Estados Unidos. Por tanto, callar sobre este homicidio político era ya imposible pese a que Trump ha tratado de todas maneras de imponer su punto de vista, benévolo con el régimen fundamentalista saudita.
No es fácil seguir al pie de la letra la embarazosa política exterior del presidente, debido a que suele invertir las realidades: los sauditas han sido transformados en referentes para Oriente Medio, cuando en realidad se trata de un régimen radicalizado que ha fomentado el terrorismo, incluso el del Isis utilizado para hacer el trabajo sucio de desestabilizar adversarios, en especial Irán y Siria. Por otro lado, Trump endilga a Irán el rol de desestabilizador pese a haber firmado un acuerdo de desnuclearización, de estar acatando el acuerdo que además se basa en una resolución de la ONU.
El senador republicano Bob Corker, afirmó que “hay que estar ciego” para no ver que el príncipe saudí “está totalmente involucrado” en el crimen de Kashoggi. ¿Habrá más cambios en la relación entre el presidente y su propio partido?